Y de pronto, vuelve a brillar!
Después de un tiempo esa niña se convierte en mujer, aprende los valores de la vida, aprende y aprecia cada instante , cada momento de su vida..
Sabe diferenciar por lo que debe estar triste y por lo que debe ser feliz, ella que pensaba ser una experta de la vida , resultó ser solo una aprendiz.
Cuando pensó que lo había vivido todo , se dió cuenta que esto era diferente, que ese sentimiento que crecía en su interior era algo nuevo. Confundida por ello, intentó esconder sus sentimientos y aparentar que nada le importaba, pero era más grande las ganas de vivir lo que sentía que el miedo que ello le daba.
Pero que estoy sintiendo? Se preguntaba..
– Yo que creía saberlo todo y resulta que no sabía nada..
Tal vez ese fue su fallo..
Ella no supo dejarse llevar y quiso controlar la situación , haciendo que perdiera el control.
Pero cuando quiso darse cuenta ya era tarde, ya no había nada por lo que luchar , ya todo había acabado.
Desconsolada y confundida se encerró en si misma, no tenía el valor ni las fuerzas para continuar. Cada día y cada mañana se convertían en una prueba de fuego que hacía arder la sangre hasta dejarla sin respirar.
¿ como es que lo que un día te hacía vivir hoy te hace morir?
Ella pensaba que ese dolor nunca pasaría, pensaba que moriría por ello..
Pero un día despertó y decidió ser feliz, era consciente de que sería un camino largo y difícil, pero estaba segura de salir de allí..
Así que empezó primero: por sonreír en las mañanas con o sin ganas recibía el nuevo día con una sonrisa , segundo: secó sus ojos y tercero: se armó de valor para salir esquivando recuerdos en su mente..
Con el paso del tiempo se dió cuenta que ya no tenía que forzar esa sonrisa por las mañanas, ya tenía ganas de sonreír de verdad.. ya no tenía que secar sus ojos ya que amanecía con ellos secos y ya no tuvo que esquivar recuerdos porque supo vivir con ellos..
Cuando se quiso dar cuenta todo volvía a brillar.
«No siempre el tiempo lo cura todo, a veces hay que ayudar al tiempo con una buena aptitud para que él pueda hacer su trabajo».
Naykaren Sánchez Hernández
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