Normalmente pensamos que nuestra zona de confort es nuestra ciudad o pueblo natal, pensamos que siempre al regresar encontraremos a nuestros amigos, hermanos o padres tal cual como los hemos dejado, pero la realidad es totalmente diferente, todo cambia (excepto talvez tus padres) tus amigos son diferentes, a lo mejor están frustrados por un embarazo no deseado, o tal vez el trabajo no les da tiempo para compartir, o simplemente han cambiado su carácter, y posiblemente debido a esto me sentí como extranjero en mi propia casa.

¿Tal vez nunca fui de aquí ?, me preguntaba al no reconocer a las personas que me rodeaban, ¡En qué se han transformado! No sé, solo sé que, aunque aquí nací no es mi casa, quizás mi casa no exista o tal vez simplemente nunca existió, fue una vana ilusión de mi alma que otrora me reconfortaba, pero ahora no, cada vez que regreso los fantasmas del pasado aparecen, esos fantasmas que infantilmente pensé que ya se habían olvidado cuando me mude para el otro extremo del país ¡Qué ingenuo fui! Esos fantasmas siempre estarán presentes en las personas de mi pasado.

Quizás debido a esto siempre quiero irme lejos, donde no me conocen para iniciar una nueva vida donde puedo ser una persona respetada y admirada, donde me conocen por mi nombre y no por la reputación de mi madre, la cual es muy buena, diría que excelente, pero no es mía, pareciera que viviera a la sombra de alguien, que desagradable sensación. Esta sería la salida fácil (dejar todo y marcharme); Quizás deba regresar y formar unos nuevos recuerdos, esta vez mejores, ir eliminando uno a uno esos demonios del pasado, irlos transformando poco a poco en buenos recuerdos, hasta que tal vez un día mi pasado me deje de perseguir y pueda finalmente regresar a aquel lugar que alguna vez llamé hogar. Por ahora me conformo con marcharme

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS