Domingo de madrugada,
Igual de miserable que el sábado en la noche.
Sentir la cabeza inundada
por aguas sucias y espesas…
Los ojos cansados…
Una estúpida presión en el pecho.
Al cerrar los ojos… Imágenes…
Escenas en donde mis manos me golpean en la cabeza y arañan mi cuerpo.
Ganas de llorar… no hacerlo.
El vértigo, la incertidumbre, la decepción, la ansiedad y la oscuridad. rodeando sin dejar espacio para ver, sentir o actuar.
Reducirse a un rincón, a no ser nada más que vergüenza y decepción.
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