Todavía estoy a tiempo de volver a empezar. No pretendo olvidar mi pasado, pero sí quiero dar un paso adelante hacia un futuro en el que llore mucho menos. He descubierto que me gusta la sensación de mis pies sobre la baldosa fría, así que planeo sacarte a bailar cuando estemos preparando el almuerzo del lunes. Hacer un pastel de cumpleaños, aunque falten cinco meses para que sea el cumpleaños de alguien que quiero. Pintar mi habitación de otro color y pegar afiches que para no poca gente resultaban muy anticuados para alguien de mi edad. Aprender la lección de francés que abandoné porque estaba teniendo un mal día. Sacar a pasear al perro más allá de donde siempre lo he hecho. Mirar el cielo durante más de quince segundos. Aprender a patinar.Tomarme fotos en traje de baño. Comprarme los pantalones que hasta hace una semana creía que se me verían fatales por mi tono de piel. Maquillarme y que mi plan siga siendo quedarme en pijama mirando películas animadas. Comprar el periódico y buscar un empleo en alguna librería. Escribir un mal poema sobre amor propio. Tocarme las muñecas como diciendo “Ya estás lista”. Bailar sin mucho ritmo. Quererme sin prisas. Quitarme las vendas. Mirarme al espejo. Sonreír mostrando todos los dientes y aceptar mi cara de niña.

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