Haré un viaje, en donde no necesitaré equipaje,
mi reaparición no es segura, pero mi permanencia si,
promete no extrañarme, yo no lo haré, puesto que tu recuerdo aminare.
Una cálida brisa golpea mi rostro,
caminando bajo las sombras,
el susurro de mi corazón me hace sentir que estoy viva.
Al frente, con mi dolor de puntillas,
recuerdos bastos chocan contra mi cuerpo.
En el cielo, una pesada sombra se oculta tras el sol,
como quien quisiera huir del fervor.
Estrepitosos sentimientos acallan a la razón,
como un fluvial buscando salida,
arrasan con todo, hacen revolución.
El son callado de la brisa,
constante y ameno.
Mientras el suspiro lleno del alma mía,
extenso y congojo.
Lento latir de mi corazón,
dime si en verdad parecerás al olvido,
agravio de mi vida,
recuerda me el motivo de mi despedida.
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