Deseos de Año nuevo y los doce meses siguientes.

Me gustaría decir que ya no creo ninguna de las cosas que me comentan personas que apenas conozco, que soy menos ingenua, que mis ojos ya no son espejos que dejan todos mis secretos a la vista de mis enemigos. Me gustaría decir también que aprendí a bailar entre los escombros, aunque apenas sepa cómo se esquivan las minas que un ex amante instaló especialmente para mí después de verme adquirir un poco de amor propio.
Sigo tocándome caricias abandonadas porque no quiero olvidar lo que se siente cuando te quieren y no pueden quitarte las manos de encima.
Intenté recordar la mejor noche de mi vida y acabé llorando en el pasillo de mi antiguo edificio.
Me recojo el pelo y la marca de nacimiento que tanto te gustaba tocar me obliga a que le diga por qué te has ido, si acaso yo te he pedido que te fueras. Le respondo que no sé qué es lo que ha sucedido, pero que sigo queriéndote demasiado. Me pide entonces que la cubra nuevamente, porque no le gusta cómo se ve el mundo si no te tiene a ti justo adelante.
Me gustaría creer que ahora soy un poco más valiente. Que, de pararme frente al espejo, podré mantener firme la mirada. Que servirá de algo.
Que el vacío que tengo en el pecho se irá llenando de a poco de ternura.
Me gustaría creer que voy a estar bien.