Sobre mi madre.

Sobre mi madre.

Greta Targ

31/01/2020

Ella es buena, dedicada y hermosa. Se levanta todos los días muy temprano y por las noches apenas cierra los ojos. Trabaja más de lo que debería y recibe mucho menos de lo que merece. A veces la miro y le descubro lunares que nadie jamás notó antes y se me rompe el corazón al darme cuenta de que ella tampoco los ve. Se mira al espejo y está muy lejos de ser lo que le gustaría. Cabellos largos y sin canas, varios kilos menos, más sonrisas que quiten el aliento. En vez de eso se encuentra con una mujer a la que los años ya le pasan la cuenta, que odia los tacones, a la que le da pereza maquillarse o salir a comprar algo de ropa nueva. Porque afuera te obligan a que te olvides de todo lo que te haga feliz, para quedarte, en cambio, sólo con lo que puede llegar a ser de utilidad pública algún día.
Quisiera poder trasladar toda la fuerza de mis palabras a mis brazos. Tocarla. Recordarle el dulce sabor de una caricia sincera. Decirle «te quiero». Asegurarle que el mundo es un tanto mejor porque ella está en él. Que me crea. Repetir esa parte de la historia hasta que la vea hacerse más grande y que se coma el mundo.

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