La mariposa está triste.

La mariposa está triste.

ARTURO SOTELO

30/01/2020

Seguramente desde otras partes del mundo, al hablar de México se viene a la mente cosas agradables, para quienes han visitado el país, como su música, la calidez de su gente (la de a pie), su cultura, diversidad y por supuesto, su comida. Esto es verdad, como mexicano lo constato. México es un país lleno de cualidades y de enorme diversidad natural y cultural. Sin embargo, también es uno de los países más peligrosos, los índices de violencia y homicidios han sido comparados incluso con datos de países que se encuentren en situación de Guerra Civil como Siria. Las malas condiciones pueden alcanzar a cualquiera, pero existe más susceptibilidad en el caso de periodistas, activistas sociales y mujeres.

El pasado 14 de enero fue reportado como desaparecido el activista y administrador del santuario de la mariposa monarca Homero Gómez, dedicado a la defensa y protección del territorio contra la deforestación y el principal protector de las mariposas monarcas, que cada año llegan al municipio de Ocapmo, Michoacán con la finalidad de aparearse luego de un largo viaje desde Canadá y Estados Unidos.

Fueron más de 15 días sin saber nada de Homero aunque se esperaba lo peor: un hombre que decidió enfrentarse a intereses particulares en un país donde impera la impunidad no podría terminar bien. Y así fue como llegó la noticia el 29 de enero, el cuerpo del activista y principal defensor del santuario de la mariposa, por cierto, declarado como patrimonio natural de la humanidad, había sido encontrado sin vida. La noticia apareció en todos los medios nacionales y en algunos extranjeros. ¿Quién o quiénes habrían sido capaces de un acto tan atroz contra quien dedicó su vida en defender la naturaleza? Claro que existen las respuestas. Y es que, aunque estemos experimentando un cambio de gobierno, luego de cerca de 40 años de ejercer un modelo económico fundado sobre las bases del despojo y el saqueo, las condiciones para los defensores de DDHH, ambientalistas y demás no han cambiado. Tal fue el asesinato del activista indígena náhuatl Samir Flores el pasado 20 de febrero en Morelos, o el más reciente encarcelamiento del ambientalista indígena Miguel López en el estado de Puebla liberado días después gracias a la presión social y de los medios de comunicación comprometidos con las causas sociales.

Es claro que aunque el nuevo gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador esté haciendo esfuerzos por revertir los ataques contra estos grupos de personas, no ha sido suficientes ni han dado resultados. Aunque gran parte del gabinete de gobierno, legisladores, servidores públicos y funcionarios vienen de movimientos sociales y de la lucha contra gobiernos que optaron por políticas de muerte, los intereses ambiciosos de empresas privadas y gobiernos estatales, comprometidos con el modelo neoliberal siguen activos. Las sanciones no han llegado y la impunidad sigue fragante. Mientras tanto, se sigue asesinando a quienes se atreven a enfrentarse a estos poderes de capital con tal de defender lo único que nos queda: el territorio, el agua y la vida. La mariposa hoy está triste. En marzo, cuando arriben a México, se encontrarán con la ausencia de su principal protector, Homero Gómez González quien entregó su vida por la defensa de las monarcas.

Me disculpo si causé molestias, pero creo que debido a la urgencia, cualquier espacio que se preste para la libertad de expresión debe ser aprovechado.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS