La soledad de una taza de café

La soledad de una taza de café

Luismi Plá

21/01/2020

De lo que pudo haber sido, solo quedó una taza manchada de pintalabios.

Consecuencia de un anhelo no cumplido,

el de una mano que acaricia sus labios con el deseo de que sean besados,

el del tiempo empleado en poner en relieve una belleza que hace años que había volado,

y el de una mirada, que se pierde en el horizonte de un futuro que ya nunca se hará realidad.

Sentada, frente a la taza manchada de pintalabios, se seca las lágrimas.

Mientras, frente a ella, ve pasar al fantasma de lo ya imposible.

Siempre sonriente,

arropado entre sus brazos,

riendo,

besando,

gimiendo.

No hay mayor envidia que la que provoca el placer ajeno.

Felicidad egoista que clava sus garras en el alma,

abriendo heridas que creías ya sanadas,

y que cercenan el fino hilo del que depende una vida mil veces recompuesta,

y mil veces desgarrada.

tehebuscadoenelviento

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