Estoy segura que en algún momento de nuestras vidas tu y yo fuimos muy felices, sin embargo, ahora no puedo mirarte a los ojos, con los que alguna vez me enamoraste, el simple hecho de hacerlo me haría perderme en un mar de recuerdos, de los cuales me tengo que separar, ni siquiera puedo hablarte porque el simple sonido de tu voz me endulzaría el odio, cayendo de nuevo en tus brazos y en este amor que jurábamos era real. Por eso me es más fácil escribirte esta carta.

Los dos sabíamos que nuestra historia de amor no pasaba por un buen momento, no pudimos tener un final feliz, sabíamos perfectamente que ambos íbamos a sufrir, la infidelidad es uno de los personajes más presentes en las relaciones, a veces se esconde por mucho tiempo sin que nadie se dé cuenta, pero de algo si estoy segura, que una vez que sale a la luz, destruye todo lo que hay a su paso, sin importar tiempo, lugar, personas…

A pesar de eso, debo confesarte que: yo si me imaginaba un futuro contigo. Sin embargo, la vida es muy caprichosa y de nuevo como en varias situaciones nos demuestra como las cosas pueden cambiar en un segundo.

Pero también sé que nunca he amado a alguien como te llegue a amar a ti, me resulta muy difícil imaginar mi vida sin ti ahora en adelante, no puedo alejar de mi cabeza la imagen de los enamorados que un día estuvimos, éramos felices.

Tal vez el orgullo jugo un gran papel en nuestra relación, haciendo que nuestro amor nos sea posible en un futuro y no llegue a funcionar nunca más.

Los dos tenemos el consuelo de que nos queda todo lo que hemos vivido juntos, así tanto tú, como yo, no nos vamos vacíos, siempre tendremos nuestros viajes, sueños, metas, confidencias, besos, abrazos, caricias, secretos…

Culmino diciéndote que yo te di todo mi tiempo, en el cual demostré lo mucho que te amaba pero el resultado de mi entrega fue una traición, la cual no puedo dejar pasar por alto, se perfectamente que me arrepentiré de nuestra separación, sé que querré volver el tiempo atrás e impedir que esto suceda, sé que voy a querer volver a estar contigo, a fin de cuentas, yo no te he dejado de amar, pero también sé que debo amarme primero a mí, valorarme y hacerme respetar, no puedo mendigar amor, por más que yo lo desee. Y así en un futuro no muy lejano yo estaré orgullosa de mi, orgullosa de haber tenido el valor de sepárarme a tiempo de ti.

Adiós…

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