Aquí me encuentro

dándole dentelladas a una vida que es agua

buceando entre los escombros del espíritu

tratando de no sucumbir al silencio

Hoy hace frío, apenas tres grados

No es fácil sobrevivir al invierno

Ayer fui testigo de tu mente enajenada

de tus pinturas grises

precediendo a los campos de girasoles dorados 

y a las noches estrelladas

de estrellas de colores

no estrellas simplemente blancas

Allí, las enormes imágenes de tus cuadros se proyectaban a nuestros pies

Mejor haber sido nosotros quienes nos hubiésemos postrado a los tuyos

cuando tus huesos y tu carne aún te sostenían

mas nadie te consideraba

Indigente material y espléndido espíritu elevado

que murió presa del delirio

que plasmó una bandada de cuervos 

en el horizonte del campo amarillo de su última cordura

Aún palpitan tus trazos en el lienzo

como si tus manos todavía estuviesen ahí

La vida no es más que un montón de soledades apiladas

entre ellas la tuya y la mía

Mientras, suena una melodía 

que nos enterrará a todos

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