Dulce niña, ¿crees que soy tonto? Finges temerle a la oscuridad para pegarte a mi, sé que eres más fuerte que yo porque en mi derrota tu risa me cura el alma, y aun así, quieres que crea que me necesitas para ser feliz, si evidente es mi desgracia, eres tu la que te apiadas y me esperas, tal vez eso es querer, y tu aprecio niña mía es un milagro que pensé jamás llegaría.

¿Cada cuanto miras atrás? pareciera que a la gente no le interesa revivir su pasado, lo consideran algo inverosímil, una tontería. ¿Y si se pudiese? así como a una canción, repetirla una y otra vez, hasta que te aburras. Bueno, no podrías aburrirte, porque vas hacia atrás hacer lo que quieras, sin remordimientos, con atrevimientos de sobra, sin consecuencias, la seguridad de que no hay manera de arruinar tu verdadera vida si solo paseas por tus viejas historias.

Es una idiotez considerar en el mundo grandes cosas, pensar que todo puede obrar excelentemente, que se alcancen todos los caprichos antojadizos de la edad, es una locura llegar a creer que todo marcha y puede ir de lujo, bien se entiende que el mundo es inpermanente, que duramos dos segundos tocando este suelo, los mismo que llorarán cuando nos vayamos, los mismos segundos que duró nuestra madre al vernos llegar. La vida no es un paisaje ni un paseo ni metafóricamente hablando ni mierda, la vida es la vida y es tan retorcida que nos aburre y nos encanta, y tu y yo y las cosas y el encuentro y la tragedia, si cómico es Dios al clavarnos un destino tan misterioso, lo menos que podemos hacer es reírnos. Y que el mundo acaba y lo acabamos, si, ¿y? antes y después de nosotros habrá vida, ¿entonces cuál es el problema? Más que un problema, es un reto; una amarga dicha de encontrarse así mismo envuelto en un enredo de personas, y definitivamente reírte de la vida, que es una perra engañosa, obviamente marcando la diferencia de los otros bastardos y dejando una huella noble y gentil, con eso ya te ganaste el cielo, si existiese uno… Es que me preocupo tanto, pero si no había existido hasta ahora entonces para que me acomplejo; por fin estoy haciendo uso de mi razón; y en conclusión absoluta puedo hacer lo que se me de la gana.

Un alma triste puede matar más rápido que un germen

Que determinismo, clase, porte, que galantería, que hombre, que descarado. No suelo guardarme las ideas más interesantes, ya que me fascina ver realizada mi obra, y me exaltan de cínico, abusador de lo exagerado, escondido en lo supuesta mente hecho, y no tengo con que defenderme, más bien aporto a sus principios, como una certeza de que mi tiempo no se invertirá en diminutivos, debo ser extenuado, continuo, colapsante y recordado así sea en la derrota; un acosador de las posibilidades, que lleva al límite toda ocasión, de no ser así lamentaría mi valor para amar, porque mi victoria está en ganarme la sonrisa de una mujer.

Y así comienza mi letárgico sufrir, mi maldita pena que crece y aumenta y se esparce en este acantilado, donde al principio era pluma y ahora soy montaña, toneladas de arena yéndose con el viento, y nada puede detenerme, estoy a la espera de sus palabras, pero ni un gesto recibiré de esa mujer, maldita mujer, hija del infierno que le da calor a este hombre nacido del invierno, cansado de verme nevar la espero, espero y se que no llegara, y si lo hace, en una remota posibilidad, me llevara a una cima nueva y mas alta para dejarme caer, ya la conozco hasta mejor que ella, me dejaría podrir si pudiese, pero sigo vivo, adolorido, pero vivo… ¿y vivo para que? Si todo cobra sentido mientras le miro… ¿decirle cuanto la amo? No importa con que emoción o detalle lo haga, no entiende, tal vez porque ni sabe que significa, ella salta de hoja en hoja y se pierde de abrazar a los arboles, de saberlo me atravesaría la misma mirada que le tengo. Así que explicar muy poco, mirarle mucho, mirarle hasta quemarme los ojos, hasta la necesidad de parpadear, pues he estado imaginándola tanto, soñandola tanto, que pierdo detalles importantes de su rostro, y ella desaparecerá de mi vista, pero de mi alma jamas. Y estoy terriblemente loco, solo la quiero a ella, mataría por ella, me enterraría a mi mismo por verla un segundo mas, eclipsaría a dios para llegar a donde ella este, extingiria la vida misma por comprarme un momento a su lado, le daría si pudiera eternidad a una pausa donde ella este sonriendo, y quedarme mirándole tantos días, tantos años y averiguar por que la amo, que tiene de si que me saque todo lo mejor de mi, por que ella me hace temblar y me inunda de calma y sosiego, de que estará hecho ese demonio con rostro de mujer del que me he enamorado. Hasta puedo creer que si le diese una pausa al universo mismo para contemplarla, haría exactamente lo inverso a aburrirme de ella…

El único pecado del que podría ser partícipe sería atar con riendas a mi amor para que este no encuentre a su amor.

Ámbito de quedarme en frente al paisaje, mientras mis ojos divagan en lo visto por tantas horas, ya no deduzco, ni pienso, ni actúo, ni recuerdo, nada, estoy ante un infinito aire, y mis ojos lo respiran, y ellos me alivian, me desaburren, me entretiene el silencio, y es mi silencio, nada nuevo, nada asombroso, ni arcoiris, ni lluvias delicadas, solo yo y este mar de mi que se mece con los años y mis años que no siento, a penas si veo lo que veo, y mi cordura tiene un bastón para no resbalarse de repente. Y el sol me molesta, y la noche es mi despertar, y ella metida en mi cabeza me molesta, pero sin ella no vale la pena estar vivo. Y vivo y duermo y abro los ojos y nada veo, y el paisaje no es nada; es mi silencio, y ella es lo que veo, y es mi excusa para seguir despierto, y soy el viento, no siento ni latir ni movimiento, solo el recuerdo de su pelo, y mis dedos, y un momento, eterno.

Mirar mirarnos hasta el devenir del fin de los tiempos, culminar con una sonrisa y apaciguar este silencio con un abrazo. Es así de sencillo el amor, así de monótono, buscar el tacto, la mirada, el reflejo de la alegría y luego volver a empezar, darle vueltas al asunto pero llegar al mismo termino de sentirnos, evadir el momento con otros momentos pero con el fin de esclarecer nuestro encuentro. De no ser así, de no poder quedarme horas mirándote o días abrazándote o años besándote, el ser mismo colapsaría en lo que a simple vista es una abismo, pero de cerca se comprende como el frío absoluto por distancia y soledad en que caigo hacia el infinito mismo por no poder amarte… La diferencia entre los polos de la alegría y la tristeza dependen de insignificantes centímetros de ti, y no poder decirlo, porque sé que no lo entenderías, además que no te importa, sumándole a eso la insignificancia de mi existir, puedo llegar a creer que soy muy valiente por seguir en pie después de extrañarte. Razonable que te inventé en todas partes, si tú misma eres una irregularidad continua, un día me ves, otro día no me ves, mientras yo te veo hasta cuándo no te veo. Si pudieras entender todo esto que siento, haríamos del mundo un paraíso, pero no, esto no es un cuento de hadas, aunque seas mi diosa y mi naturaleza amarte y mi ser un peregrino aburrido. Amarte, hoy, y todo el tiempo, pero en silencio, donde nadie, ni tú misma, puede evitarlo.

No me lean, no se atrevan a conocer mi pesimismo, molesto, perturbador, irritante. Creencias innatas que te llevan a perder el tiempo, ¿cuál tiempo? Si pareciera que hacemos lo mismo cada mañana, riendo como si fuese una enfermedad, sorprendidos, miedosos, con temor a lo desconocido, vagando felizmente en la rutina de lo ilusamente real.

Mientras se tomaba la dirección hacia el lugar, y nuestros pies comenzaban a tener ansias de moverse, había algo, entre su mirada y la mía, que provocaba mas ansias, no de quedarnos ahí mirando, ni ir a otro lugar a esperar que las horas terminen, era un apetito que no se podía nombrar; moralmente no es correcto. Pero en el trayecto, habían roses sin intención de nuestras manos, y parece que no nos molestaba, y de aquellos besos con los dedos nos comunicábamos, nos decíamos, que es extraño verte, pero cuan familiar te ves aquí y ahora. O eso pensaba yo, o eso creía yo cuando le clavaba la mirada, mas allá de su cuerpo, a ella me la conocía de memoria pero eso que me hizo amarla tan fervientemente nunca me dejo, aun cuando se separo de mi por tanto tiempo, pues la lleve conmigo a tal punto de tocar sus dedos por un segundo y sentir que nunca había estado tan lejos de ella como en ese momento. Y me resistí a decirle cuanto me importa, a las mujeres como ella no les gusta que le digan siempre lo mismo. Y de aquel silencio, y aquella caminata, me quedo el saber que no habría nada lo demasiado fuerte para traérmela de vuelta, aun cuando no sean sus dedos sino sus besos los que me hagan cosquillas, pues no se puede amar a quien de primera elige prescindir de todo. Yo la miraba a ella, ella miraba la luna. ¿Por qué? No me importa, hace lo que le gusta y eso ya es un logro para mi.

No sé qué motivo a mis amigos del otro mundo a incitarme a hablarle, yo se los dije, no ganaremos nada, ella es inalcanzable, inaccesible, es tan probable que nos ignore como una mosca ignorar un volcán. Así que me despido en silencio, sin hacer dramas como cuando era joven que detallaba con gran énfasis la naturaleza de mi amor y mi indetenible dirección al abismo. Me voy, porque no hay fuerza natural ni voluntad divina para que mi amor sea consumado, es más, irónicamente crece y abunda en mis corredores, tanto así, que comienza a fisurar las paredes de mi memoria y mi corazón a perder la luz del sol por este ramal maravilloso de sentimientos, por estas rosas de mis emociones que no pueden ser vistas por ella, por este frondoso bosque de deseos insaciables. Me voy porque me debilito lentamente cerca de ella, y, yo, que siempre me he conocido y sentido orgulloso por mi intrepidez, sagacidad, furia e irremediable fascinación por la aventura, no puedo permitir que una mujer me derrote con su simple mirar. Es un constante humillación, que uno de sus dedos me toque y sienta electrificados todos mis músculos. Y… Ya estoy viejo para jugar al poeta enamorado. Entonces me voy, me refugiare en mi ataúd de silencio, y esperaré que se disipe su hermosura en mi memoria, entonces… Entonces escribiré de nuevo, con el espíritu renovado y el alma plena. Hoy, hoy no puedo ser feliz, si se que ella me falta y la abandono por no ser nadie ante su grandeza.

El zoológico humano, un circo desde mi asiento, y nos vemos ridículos todos, pretendiendo algo, buscando la guerra o huyendo de los perros que nos limitan las fronteras, distancias mentales, pues no hay educación tan buena que permita al hombre alcanzar las estrellas. Solo este pedazo de tierra al que estamos confinados, apretados, como hojas en las ramas. El hombre no es tan inteligente, solo un animal aventajado, y desde aquí veo arder la ciudad, ese nombre que le han dado a una jungla para los bichos que hablan, cucarachas con ropa, peces que se creen diferentes al resto, pero todos van nadando hacia la boca de uno mas grande, y así todos morimos en este coliseo estúpido de dramas y pocas explicaciones. Murmullos… No veo un ser humano digno de vivir, yo tampoco aspiro a ser noble, entonces el destino es robarle el aire al mundo, ver pasar días como mariposas, tocar arrugas nuevas, cerrar los ojos… De no conocerte, me quejaría con Dios por lo inútil de su creación.

Debo recordarlo, no puedo encontrar un refugio en su grandeza, es el fin desde que la conocí, nada ni nadie podrá evitar que la ame, así mismo, es imposible provocar su ternura hacia mi… Debo recordar no buscarla, no aceptarla, y definitivamente, no confesarle que la extraño…

Me rompo, me armo, me deshago, me derrito y ella, ella mirándome desde arriba, impoluta, intocable, insensible, me mira como yo miro al polvo… Si este día es digno de libros de los más altos dioses, y ella ni se dio cuenta que estuve ahí, se siente como quien no está y piensa en alguien que, no soy yo… Y mi brillo sube a lo más alto y soy eterno y gozo rosando mis manos con las suyas, y ella que no ve la hora de acabarse todo, y yo que reitero una y otra vez de que los segundos sean más largos, que se expandan las horas y esta tarde en que no tengo que imaginarle más… Este infierno me destroza, pero he tenido tanto frío en su ausencia, que no se que preferir. La abrazo, la beso, la muerdo, la pellizco, tomo su mano, sus orejas, acaricio su cabello, sus cejas, beso sus ojos, su frente, la llevo de aquí para allá, le obedezco en todo lo que dice, voy a donde quiera que vaya, hago todo y mis esfuerzos son aleteos de mosquitos… Me habla de su pareja, cuan feliz es, cuan feliz la hace ella, no, yo. Y estos años de soledad me hacen preferir habitar en su sombra, a peregrinar en la nada y ensordecer me del penoso silencio de la noche… Pero amigo mío, mío de yo mismo, solo comparamos el infierno con una roca en el infierno.

Por supuesto que haría lo que fuera por ella, hasta me incitarían las ganas de vivir, todo por estar más horas a su lado. Pero, este momento, esto es otra cosa, no se qué es con exactitud, pero la mujer que veo ante mi, no es la misma que ame a los 15 años, parece que esta mujer que tanto observo, consumió a la otra, y el resultado es muy bello, pero, de nada me sirve amar a quien ni siquiera puedo acercarme. Parece que ella está en otro nivel, otra altura, otro mundo, parece que mi amor es por un fantasma, porque esta mujer es de todo, menos la niña de 11 años a la que le prometí la vida entera. Y bueno, yo cumpliré con mi palabra, pero mientras lo hago me voy lo más rápido que pueda de ese misterioso y chispeante ser que se parece tanto a mi añorada esposa… Aunque a veces quiero traicionar me e ir a buscarle, pero, no entiendo una tristeza mayor a repetirme con hechos que ella está ahí, y está muerta, y no volverá jamás, y yo la sigo amando, y a nadie le importa.

Tal vez ahora, o luego, pero conoces a alguien tan fascinante que el mundo entero se torna aburrido…

No puedes conocer a la mejor mujer del mundo y fingir que no paso nada. Seguir siendo el mismo. Tratar a todos como siempre. Es imposible vivir después de algo así…

La vida es parar balas con el corazón

Hay que resucitar constantemente, darse empujones de esperanza con lo que sea que esté al alcance. Morir, conforme a la edad es mas accesible, por lo tanto, es preciso buscar entre lo más recóndito de este mundo un momento de paz, de placer, de tranquilidad, todo sea por no pensar en el suicidio tan a menudo y darle razones al corazón aporreado para seguir latiendo.

He transitado por años los mismo rincones de esta ciudad una y otra vez, sin nuevos amigos, sin la compañía de algún familiar, ni siquiera un perro que me persiga. De noviazgos podría hablar de unos pocos, menos de los dedos de una mano, y después de esa despedida no he hecho más por mi corazón. He estado en la cuerda floja, viejo y cansado de la vida, hasta que pienso en ella, la que nunca fue ni será, y entonces todo adquiere un color dulce y sencillo, y siento que vivir merece el esfuerzo, no es inmadurez sentimental, ni obsesión demencial, ni aburrimiento de la soledad, más bien un océano de hombre que debe reposar su ser en algún lugar para no desembocar la catástrofe. luego, me olvido de ella y mis pies al borde del abismo me recuerdan lo sin sentido que es estar aquí, rodeado de máquinas y gente muy ocupada, entonces me acuerdo de ella, y me dedico al sueño interno de vivir a su lado, y es ahí donde son libres mis deseos y se escuchan las brisas de la imaginación, galopes en mi latir, cascadas en mis venas, soles en mis ojos… Luego despierto, un día más, y continuo en esta guerra que terminara cuando yo muera, porque ella no vendrá jamás, pero yo no dejaré de amarla.

Todo esto consiste en mi mala relación social, solo estoy yo frente al mundo, y ellos a su vez, ante otros mundos, en una guerra sangrienta por un puesto digno. De ahí, a que sea imposible ser elegido por ellos, al parecer mi mejor aptitud es de un imbécil, y no tengo alternativa alguna para refutar esa imagen de mi. A menos, que de alguna manera milagrosa, resulte ser el compilado de ventajas necesarias para una persona, que siempre me encuentre disponible y útil y represente algo que quieren o les ofrezca más accesibilidad a sus deseos, de lo contrario mi valor como ser humano es igual al de un trozo de papel higiénico usado. No sirve, no gusta, nadie lo quiere. Y esto existe para todos lo ámbitos; amorosos, laborales, familiares. Es como una cuenta de ahorros en el corazón de las personas. Si haces algo bueno por ellos, ellos harán algo bueno por ti y al revés. Pero si solo me dispongo a caminar en silencio por calles oscuras, sería lógico que nadie me prestase su atención.

De acuerdo, esto esta mas o menos así: yo la amo desde hace unos cuantos años, razones para justificarlo, sobran, pero ella, se ha quedado sin razones y me ha obsequiado la puerta para salir, y lo más importante, deja un letrero en su casa diciendo que no se me ocurra volver. Mi mundo hasta ese momento era fácil, después de eso, todo fue cuesta abajo. ¿Por que? Ella, común y corriente, como muchas, pero ella me gusta. De igual manera no fue la única, conocí y me conocieron y fui de allí hasta, no lo recuerdo, el punto es que ame, de nuevo, y la misma excusa; no eres suficiente, no cumples mis expectativas, no podría devolverte el esfuerzo tuyo, eres un idiota, me has destrozado, no me entiendo ni yo misma, estoy aburrida, cansada, no quiero nada serio, pienso en alguien más, no eres tú, soy yo, no y todo eso. Y cuestión, que aunque no me he vuelto un maniático, si he tenido tendencias deprimentes. Obvio, ellas, sobre todo; ella, es una persona, el hecho de que sea mujer no significa que no esté involucrada en este compendio de experiencias continúas y obligatorias, donde surge la transformación de la personalidad. Quiero decir, tiene derecho a no quererme en su vida. Y esta bien, después de mi rebozo en gustos y tactos y palabras y personas distintas, y fue feliz, y sufrió y todo eso por lo que pasa la gente a menudo. No tengo rencor porque no me prefiera, esta bien, me puedo echar la culpa o a los demás o a Dios o al destino o la edad pero eso nada cambiará lo sucedido, punto. El problema, es que, a día de hoy ella continua siendo el centro de atención más importante de mi vida, no puedo ser feliz si no la imagino. ¿Como es esto, en que momento comenzó todo? Supongo con mis arduas investigaciones de como amar correctamente, eso del compromiso y la fidelidad y la entrega y la unión contigo mismo y con Dios se quedó muy grabado en mi, sobre todo, porque sin todo ello el mundo sería un caos y nadie se entendería con nadie y explotaría todo. Supongo, la vida con odio es bastante lamentable, igual con indiferencia, algo muy aburridor. Entonces al entender que el amor era la respuesta, lo utilice en cada oportunidad y me enfoque en ella, en ella únicamente pero dime ¿Como se vive cuando amas a una persona que no, quiere, amar? Y ahí se basa todo, no solo en una, sino, todas, todas las mujeres que he amado tenían la singular característica de no querer amar. O por lo menos, no a mí. Y como sea que fuere la correcta verdad, ella no está, yo tampoco, pero ella piensa en algo de su vida, mientras yo pienso en ella. Es trágico, peor que la muerte, porque ya selle mi destino con su nombre, y que fuera solo uno, son varios, y ¿como sacarme la de la cabeza? si realmente la amo y creo que amar es correcto pero amar a alguien es incorrecto porque me amarga la vida, entonces lo correcto es incorrecto a tal punto en que no puedo mover una sola ficha más en dirección a una persona, y eso, causa más desgracia de la que ya tenía al dirigir mi atención a una persona. Son dos desventajas paralelas, rectas, a alta velocidad, en picada, que no tienen fin, hasta que sea mi fin. El principio básico del amor es entrega y ser correspondido y ternura en la mitad y hace la unión y feliz felicis instantáneo. Pero en mi experiencia, no existe ni la persona ideal que considere mi ser como candidato al amor, ni existe un amor más fuerte que el mío que permanezca en todo tipo de circunstancias. Y esto me hace irritable, porque veo que estoy en mitad de un jardín de niños y niñas tontas que se quieren un momento, luego no, luego si, y se lastiman y se odian y lo intentan con alguien más como si esto del amor fuese un producto de tienda en tienda. Entonces, frente a este inevitable fracaso, he ideado el plan perfecto, soñar con ellas, o ella, y ser feliz, considerando que nunca acabo y que ella fue tan persistente como yo y todo bien. Porque si vamos a la realidad, esto apesta, que no haya sido recordado ni extrañado ni útil ni nada, y solo sea una piedra del camino… Mejor me quedo con la otra historia conmovedora. ¿y si la chica correcta aparece, junto al amor correcto? Me daría miedo, y huiría de ahí. Creo que ya tuve demasiadas emociones fuertes en mi vida… El punto de todo esto es recordar, y recordar, que ella, y el amor, solo son un producto de mi imaginación, por lo que no debo ir a buscarlas, ni a ella, ni a la sustancia suprema, porque no, existen.

Arrastre su cadáver hasta la fosa, era de noche y mojaba mi ropa la lluvia, ¿que es correcto pensar? Si la tristeza es obvia y debes enterrar el cuerpo. Luego, pensé en ella ¿se asemeja este sentir de desolación ha aquel día? No, esto es un malestar profundo, pero ella fue la muerte. Entonces una simple diferencia de temperatura nos separa de quien estoy arrastrando y mi vida, si voy a la sombra de la oscuridad cuando dejé de verla… Nadie como ella, nunca volverá, al igual, que este cuerpo sin vida que me acompaña, pues ya es hora de darme fin, me he arrastrado por mucho tiempo en busca de migajas de sus recuerdos, y es hora de blandirme en la tierra hasta que me coman los gusanos los huesos. Pero, para eso falta, primero debo encargarme de hacer un hoyo al tipo que la estaba mirando el otro día.

Cuida de mi tierra de nadie, que soy dependiente de tus frutos y atento estoy de conservar tus hojas, te prometo admirar cada mañana tu frescura y esparcir con calma mis plumas sobre el cielo, que mi estadía es corta y habito en un páramo extraño, bosque sin fondo, lléname de espesor el pecho y jamás me dejes caer, que ágiles son mis alas y ligero mi espíritu, no me abandones aire, que sin ti no soy y juro con mi corazón invadir tu paz con mi danza única, simple y fascinante composición de aventura, déjame serte hasta las últimas de mis glorias y así recordarte la vida aún después de mis predecesores. Valioso es abrir los ojos y mirarte tierra de nadie, permite que este indefenso animal descanse en tus copas y tus cumbres para así poder verte de nuevo, mi hermosa tierra, mi bella mujer.

Mi apoteósica dama de compañía, que con facilidad llega a mi portentoso panteón y abre mi lúgubre ataúd.

Agujero, hoyo, vacío. Abismal y recóndito, pensamientos que no son míos, engendros de otros atados a mi conciencia. Estancado, metido hasta el fondo en ningún lugar, sin huella, sin marca, sin voz. Soy eco y resueno en todas partes, ningún oído desea escucharme, soy ruido y desorden, encuentro melodía en el silencio, la soledad; veneno lento, adictivo, agridulce. No sé en donde estoy ni lo que digo, no recuerdo mi nombre, me induzco la esquizofrenia, quiero alucinaciones, voces, gente, algo que habite en esta cena nocturna, porque hay comida, pero las sillas vacías, no hay amigo, hermano, ni persona inteligente, aterrado estoy de ser tan indiferente, somos muchos, todos dispuestos a nadar, otros no, otros miran como yo, bestia, animal, roedor, rata de alcantarilla, como de sobras, no me apetece la luz, el mundo, la gente, mi cueva es insana pero en ella existo, soy lenguaje sin motivo, una chispa de recuerdos para hacer estallar una bomba de sentimientos, soy piel vieja, hojarasca del suelo, que pactó con su nombre y se levanta como las olas. Un tornado, provoca su recuerdo, ¿qué mayor deidad que una mujer? maldita pena, profundo gozo, poso seco, desierto sin esperanza, me ahogo en lágrimas que no salen, me despierto a un día que no quiero, la cama es una droga, adicto, absolutamente perdido en la imaginación, torpe, he perdido el vinculo con la realidad, solo precise de un atacaso artístico, un empuje a lo imposible, lanzarme a lo desconocido y terminar en ningún lugar, terrible, me río, mi psicopatía es mi entretenimiento, les miento, deseo sangre, deseo gritos, fuego, la carretera arde atrás de mi, no miro a nadie a los ojos, pues tengo un desprecio inagotable, la quiero a ella o el mundo se pudre, me quemo vivo, me ahogo, me invalido, me deshago, intento ser normal, padecer el fin de cualquier cosa, una vida libre, una muerte digna, pero mi pecho es un armagedón, soy el apocalipsis de todas las religiones, incongruencia absoluta, segundos de placer para meses de reflexión, la vida se me escapa, y la estoy apurando, es un mundo árido, salvaje, todos son unos perros buscando carroña, yo otro sabueso sin dientes, molesto, hambriento, enfadado, soy paz inmensa, que por tal superficie en calma esconde espirales descendentes hacia abismos oscuros de terror, soy influencia de los demonios, ni dios puede salvarme, mis palabras son producto de años rebobinando historias que no son mías, quiero otro lenguaje, nuevas palabras, lo que siento va más allá de lo que se me permite expresar, mente limitada, absurdo personaje, otro bobo creyéndose especial, todos somos ganado y vamos al matadero, pero no quiero, pero lo deseo, pero la necesito a ella, mi condena, mi hermosa derrota. Perdido, laberintos sin salida, tiempo que va y no se a donde, termino mis ideas con silencio, la mesa vacía, no se que decirme, con que consolarme, estoy sobre un cielo colmado de todas las posibilidades, solo me quedo observando. Guerra, hay terror en mi, todo el tiempo, mi piel en llamas, mi aire caliente, y su nombre, lo único que me permito recordar, es analgésico, venda, es cicatriz, me ayuda a dormir, me despierta de frente a la muerte y la tristeza, pacté en su presencia mi estadía eterna, ahora me temo que la vida se ha extendido demasiado, y falta más, y debo esperar mi fin con paciencia, pero estoy cansado de estar cansado, hipócrita ante el mismo espejo, me he mentido, pues no soy tan bueno, tampoco tan malo, soy otro, hasta desconocido para mi, vivo con un extraño, atado a el por esta piel débil y delgada, estímulos en todo lugar, en cualquier parte, no hay destino pues mi espíritu no existe, no tengo alma, soy abismal silencio, insignificancia, un grano de arena en el fin del universo, otros, otros por todas partes, nadie entiende mi lenguaje de pura derrota, debería salir corriendo, acabar con todo esto, pero es lo que llevo haciendo desde que tengo memoria, escapando de una tormenta que no termina, veo rayos de luz que me atraviesan, me impiden pensar, ese privilegio de los locos de deformar una palabra hasta darle sentido a algo que nadie más puede ver, si no puedo entender nada, la vida es eso que ocurre hasta que estoy demasiado cansado para seguir, caminar y caminar, animales sin sentido, ¿en donde está la profundidad? no soy de aquí, esto es un error, no acepto esta persecución por el bien, todos se pudren de maneras distintas, fingen ser algo que no son, yo mismo me decepciono de un actuar tan simple, tan sin lugar, en lo que se supone debe ser un espacio ilimitado de creación, soy uno más, perdido, entre tantos, pensando que vivir es la única manera para amarte.

Lleve demasiado lejos a mi amor, fui a los rincones del mundo con el y con tu marca, total esencia. Para no sentirme solo te elegí y me elegiste y fuimos cóncavo y convexo en este armagedón universal, y éramos números y sumamos y alcanzamos el futuro juntos y cuando regrese a la realidad, tú habías crecido, amaste a millar de gente, no me reconocías, y ahora que nos tocamos el alma y la piel desnuda, y te he penetrado los sentidos y tú me has atravesado el pensamiento, y juntos, en carne viva, de lado a lado y te asqueas, y yo recuerdo lo que hice cuando no estabas. Y te ame, te sigo amando y tú me olvidaste me sigues olvidando. Debemos seguir, pero por mi, porque acostumbrado estoy a todo de usted, y sabiendo que te necesito debo entender que tú no, y no te gusto, y no me amas, y no precisas de mi, y te soy repulsivo en ese contexto de unión perfecta, y que yo solo te estuve inventando, asegurando mi promesa del para siempre. Entonces, sigo con mi plan, pero con un leve giro, vivo en dos mundos, uno, el mío, donde estas completa y mía y convergemos en pasión, conexión y deseo, y la otra, la de materia, donde soy uno más, y tú no te das cuenta que estoy aquí, y estoy vivo, y vivo por y para ti, y eres indiferente a mi. Uno, completamente opuesto al otro, yo, en medio, intentando lidiar con esta vida solitaria y con esa vida maravillosa que existe cuando cierro los ojos. Ella es mi infierno y mi cielo y yo soy Dios y Satán e iré pululando de uno en otro conforme sea posible, espero, deseo, la verdad espero, recordar esto, y no decepcionarme, y recordar esto y seguir amando a quien solo molesto. Morir, amigo, morir pero de amor… Estaré viejo y cansado, solo, tremendamente solo, pero amé, amé como del tamaño de la vida.

Demonios, despedirnos de esta tarde me logro retorcer el pecho, no pude mirar atrás, o saldría corriendo hasta ti, y no puedo, no debo, ni siquiera tengo el derecho de hablarte de mis sentimientos, es nulo el vínculo amoroso contigo, y yo solo me rompo cuando dejo de mirarte, eres perfecta, ¿de que podría quejarme? Todo de usted desprende fuego, agua, dolor, risa, usted es tormenta y viento fresco y yo te veo y soy lava y roca y luego sombra y silencio, ¿amarte… Amarte siempre? Creo moriré, y lo disfrutaré la puta madre, por mi puta madre, que disfrutaré el día que me muera, me muera de amor, porque no estaré suplicando dentro de mi estar un poco más, cerca de ti, un poco, un poco, al menos un maldito centímetro, pero nada, estás más lejos y más alta y más inalcanzable y más te amo y más me hundo y más lloro, porque jamás he sentido que he estado vivo, y repleto, hasta que te conocí, y así náufrago en este vendaval de ternura, mientras esté vivo… Mientras estés tú.

Te veo y no lo creo, no sé cómo, ni cuando, pero recorres totalmente mi tiempo, mi presente, y soy letárgico ante tamaña mujer, me invade o me aplastaba o la combinación de sumergirse y ser devorado, y me calcinan sus ojos y me quemo dulcemente, alegre de mirarte, me quiebro al instante de mirar hacia otro lugar, llanto me produce escapar de ti, pues eres la finalidad de todos mis caminos y todos mis tiempos, tus ojos negros y tu voz de mujer, tus manos suaves pero tu dirección más firme que la mía, y eso que yo me considero irrevocable, pero tú me haces polvo por tocarme…

Eres agua tibia y me congelo en la soledad, quédate hoy, mañana y siempre, y yo estaré sumergido en tu vida para que disfrutes como yo el amor, y siente, y piensa conmigo, y vayamos juntos, que la vida se convierta en una escalada fascinante y nosotros los alpinistas y así nada podrá contra nosotros, y subiremos y bajaremos la misma cuesta pero de la mano, firmes, juntos, más completos que nunca…

Impacto, absoluto, estás y te veo y como la gravedad no puedo avisar caer a tus brazos, ríos de amor desbordando se en tu piel, tiemblo y me emociono, me excito, me alivio, me agobio, tanto en tan poco tiempo, estallo, y me atrapas, y me contienes, y como puedo ser tanto, y como puedo amarte tanto, y regarme con tu presencia, aquella flor solitaria de mi alma, y brillo, y sale el sol y me quemo y ahí estás, imponente mujer que se burla de mi absurdismo, y ahí estoy, intentando seguir respirando después de tan fogoso instante de dicha, de plenitud, de todo lo que un hombre desea sentir en su vida, mujer divina, mujer perfecta, mujer ajena y mujer completamente mía, y amor que danza y exagera el mundo y yo que soy víctima de cielos y cielos aplastando me en forma de ternura para ti…

La eterna espera regresa y desespera. Control amigo, control, que este abismal sentir encontrará una gruta, una salida, jamás perderemos la calma, solos, pacientes, llenos de ellas, terriblemente tristes, exageradamente repletos de amor.

Regresé y abrió sus puertas como el cielo, ¿quién es ella? una simple mujer entre esta masa aburrida de días sin sustancia, ¿por qué la llamé? ¿tan dura ha sido mi soledad? si invente cualquier excusa para verla de nuevo, si ella no se acordaba de mi, aún acordándose. Demonios, quisiera conocer a fondo su versión, quisiera estar en su piel y comprender tan profundamente todo lo que le hice, y así poder entender tanto, y darle, lo que desea. Yo la deseo, más que el cuerpo de joven mujer que carga, yo deseo su tiempo, su vida, quiero compartir mil eternidades porque es ella y en el fondo lo sé como quien sabe que una soga en el cuello daría el fin a mucho en la vida. ¿Por qué regresé? supongo instintos ciegos, enloquecidos, no tuve referencia alguna de la esperanza más que aquellos tres nombres que repito con orgullo, pero ella, ella es absoluta y demoledora ¿por qué regresé? sabía que no habría ni una sola silla en su comedor, que era tarda, que no habría nada que ganar pero yo seguía vivo ¡como estar vivo y no hacer nada por su sonrisa! inaudito. Pero debí dejarla hace mucho, hoy arrastro las cadenas que yo mismo forjé y nada puede romperlas, ni yo mismo; cuando pienso en la idea de perderla un agujero inmenso se abre en mi pecho. ¿por qué regresé por ella? si tan cómoda estaba en su palacio de vida, o en sus callejones de silencio, rutinas de mujer que la llevan a desear el peligro… Y sucedió lo inesperado, yo que la he esperado por años y responde en días, y nos vemos, ahí está esa hija de perra que me apuñala el corazón con su mirar. No podía creerlo, ¿hace cuanto no latía mi corazón? pensé que estaba muerto aquella noche, porque cuantas veces sonreí. Y solo ella puede hacerlo, solo ella puede ofrecerme tal fiesta, tal canción de paz, tal festín delicioso de su voz, y acaricio su mano sin querer y todo el cuerpo, hasta el alma, hasta mis vidas pasadas sintieron ese momento. Y se alejó ¿y ahora me pregunto como se digiere tanta felicidad? Todo un abismal sentimiento se impone frente a mi, yo, yo que he estado años de un lado a otro sin saber que hacer y como esta mujer de ojos negros y escandalosamente bella me conmueve hasta las sombras. Ni siquiera recuerdo lo que hice antes, antes de verla, parece que todo había desaparecido, ¿en que gasté tanto tiempo? bebidas, comida, películas, juegos, porno, lágrimas, recuerdos, paisajes, libros, silencio… Hasta el momento en que la vi sentí por fin la sangre caliente en mis venas y no podía creérmelo ¡esta aquí! quien nombre en noches frías de niebla y sueño, quien imaginé en tardes llenas de dolor y cansancio, quien recordé en mañanas desoladoras y brillantes, quien lloré en días oscuros y silenciosos, lloré, cuanto lloré, me acuerdo que no lloraba exactamente, porque no habría lágrima en mi pecho que pudiese sacar tanto desconsuelo. pero gemía, gemía como un puta al sentir su carne seca arder frente a un anciano borracho, como un perro ver a sus crías morir de hambre, como un mendigo mirando como no puede levantarse de entre los cartones mojados de su cama, gemía con tanto dolor, entre sombras, entre soledad, entre mi. Y justo aparece esta mujer, como sol ardiente y me quita toda pena habida, me da su mano, y gentilmente me lleva al lugar que con tanto esfuerzo he recordado; Me lleva a su lado… La miro y no puedo evitarlo, es ella, juraría por dios que es ella, está justo como la última vez, la miro y no lo creo, la miro y no lo entiendo, la miro y miro dentro de mi las ganas de estar vivo, de correr, de saltar, de gritar, de volar, la miro y siento amor, así ella no sea nada ni nadie me trate como a sus miles de allegados lamentosos, siento amor por una vez en mucho, mucho tiempo… Ella, que juró por su vida y el destino jamás toparse conmigo de nuevo, que yo representaba al demonio que atormentaba con vigor su futuro, y ahí estaba, solo para mi.

Pasaron días maravillosos, podría decirse, lo único especial que ha sucedido en mi vida, así lo vi, como si no existiese antes ni después, ella estaba colmando un agujero de sombras con su dulce voz, que en realidad solo era un voz, pero ha sido la única voz que no me ha juzgado por estar vivo en mucho, mucho tiempo… A veces no sabía con exactitud que decir o que hacer, entonces me hallaba en una terrible tristeza, más no quería irme, no quería atormentarle, no pretendía agobiar su ya terrible vida con mi fogosa e inagotable capacidad de amar. Y ahí estaba ella, con pareja, repleta de amor, con amigos, con familia, con la juventud llena y completamente satisfecha, me fui lejos, pues no tenía cabida en su admirable existencia, perdí la voz, la vista, las ganas mismas de respirar, me refugie en silencio en todo mi pesar, entonces acepto sus últimas palabras, de no sentirse feliz a mi lado nunca, y busco quien pueda refugiar a este hombre de penurias indecibles, y luego, aparece ella de nuevo, pidiéndome intentarlo ¿intentarlo? ¿intentarlo? ¿intentarlo? eso me volvió loco, intentarlo ¡quiere intentarlo! no es posible, es una trampa, debe serlo, que tan segura está, es correcto, es correcto ahora que he ilusionado con palabras a otra persona, si ni siquiera importa, no había suficiente tiempo para pensarlo, ella lo era todo, había colmado una y mil soledades en mi alma, sin ella nada de esto tiene sentido y a ella le he atribuido glorias no vividas, por ella lo he logrado, por ella he persistido en esta carrera absurda hacia la tumba, y ahora quiere intentarlo, pensé que no, que no es posible, ella juro en frente mío que estaba maldito por el daño que le hice, que jamás querría verme de nuevo y ahora me pide que lo intentase, no comprendí nada, parece que no era ella, ella esta por siempre huyendo, escapándose de mi o yo de ella, ¿quiere intentarlo? y finalmente después de ir y venir en pensamientos de todo tipo y toda clase dije que no… Y nunca me he arrepentido de nada, ni siquiera el día que le hice pedazos el corazón, en mi era lo correcto, pero este no, este no me atravesó con fuego, con hielo, con mis propios gemidos inaudibles, con mis lágrimas secas, este no fue el no que ella me dio por tanto tiempo, si yo jamás dejaré de amarla ¿por qué la busqué, por que le dije que no? es que yo jamás esperé esas palabras de su boca. Y soñé con ella, soñé día tras días a su lado, desesperado, le dije no a quien más he amado en la vida, la vida, la vida sin ella es una mierda. Y me colmé de desesperación, dejé a ese ser compasivo que me recogió entre sus brazos y corrí enloquecido hasta donde estaba ella, a quien he perseguido por tanto tiempo, y le interprete una historia horripilante de un hombre vagabundo, enfermo, cansado, sin esperanza, con los días contados. Ella creyó que estaba mintiendo, pero realmente nunca había dicho tanta verdad junta, era tanta, estaba tan podrido en su ausencia que no tuve otra forma de decir cuanto la amaba y cuan dura era la vida por forzarme a extrañarla hasta el mismísimo fondo de todas las cosas habidas y por haber. El inmenso agujero que dejó en su ausencia nunca pude llenarlo con nada, es imposible, nunca nada bastaría para dejarle atrás, y mi corazón de piedra sobrevivió conmigo y temblaba cuando ella estaba a mi lado, y maldito he sido pero bendita su presencia por quitarme esta dolorosa carga de soledad que llevo conmigo desde, desde que la perdí… Y le expliqué mucho, le expliqué tanto, le dije que estaba mal y no deseaba estar bien, que todo se venia abajo y no quería que se detuviese este allegar de la muerte, entonces la pude ver de nuevo… No importaba una mierda los argumentos positivos que me daba, desentrañando su moral polvorienta, solo importaba que estaba ahí, y pude tomar su mano de mujer de nuevo, su bendita mano, en la que caí como una mosca en la telaraña. Y hablamos de la vida, de su vida, de mi vida, de nosotros, de quienes somos, y quienes seremos, me dijo que estaba en proceso de catarsis, que pretendía con ello borrar su pasado y rehacerse de nuevo como alguien diferente, como si acaso una persona pudiese reconstruirse desde cero a los dieciséis años. Yo no me reconstruí a esa edad, yo, tomé lo que era y exageré mi apetito por el saber, y el saber me llevo al amor, y hasta el día de hoy me siento orgulloso de cada pilar, cada muro, cada pared en mi alma, no se hace un reset, se construye hacia arriba, no puedes arrancarte una extremidad esperando que salga otra mejor, la catarsis es patética. Al menos, en su contexto. Decía algo así como, el pasado no importa, no importa nada, todo lo borré y lo dejé atrás y ahora tu eres alguien nuevo para mi, y te perdono y te entiendo y yo también fui mala y ahora podemos ser personas diferentes.

Y tuve algo así como una amarga y brillante sensación de esperanza. ¿Podría acaso quejarme? todo lo que dice es importante para mi, jamás quisiera escuchar otras palabras, nunca quisiera escuchar otras, ella lo es todo, y todo lo que dice es de significativo valor para mi. y llegó la noche, las risas, las bromas, los apretones de manos. Y saqué dentro de mi todo, absolutamente toda la mejor versión de mi para ganarme eso que me estaba dando a mirar. pasaron días, viajes, cumpleaños, hice su tarea, le hice el almuerzo, conocí de nuevo a su familia, recorte mi espesa y vieja barba, me quité las pulgas, me peinaba, salia corriendo a su casa, iba desembocado, quería hacerlo bien esta vez, por fin, todas las posibilidades estaban frente a mi de nuevo y solo era mi decisión tomarlas, fui paciente, la esperé, le dije todo lo conocido por alentar sus días, y conocí su verdadero ser, me lo dijo todo, que estaba podrida y agotada, vacía era su expresión, decía que el vacío había colmado su espíritu y su destino como a mi el amor. Unos cuantos intentos de suicidio, pastillas diluidas en un vaso, antidepresivos exagerados cada noche, parejas con antecedentes sombríos, la muerte rodeaba a las personas con quien ella se relacionaba, la muerte de su padre cuando era niña, la violación por parte de su tío, el acoso incesante por su estilo de vida, su preferencia sexual por los de su mismo tipo, el lesbianismo como arte, la obsesión por la política y los ladrones que deben ser castigados con la muerte, la necesidad de tener aventuras indecentes, su citas con adultos bastante mayores, el sexo de ocho horas con un cincuentón de cualquier lugar, su adicción a las drogas, su incesante deseo de fumar, su familia agobiando cada segundo, acaparando su espacio cada vez más, su irritable sobrino que cortaba su piel con un corta uñas, desesperada, sola, cansada, irritada de la gente y el pánico que provoca estar rodeada de otros humanos, su amor hacia los animales, su odio en aumento hacia el hombre y su maldad, su vacío, sus tatuajes, sus pircings. He amado a una mujer que a penas si conozco, que a penas si ella se conoce. ¿elegí mal? Entonces. detrás de su silencio y su grave seriedad tuvimos la noche que nos debíamos el uno al otro por tantos años, me beso, como si estuviese agradecida por todo mi tiempo invertido con paciencia en ella, y todo el amor que le he brindado, he hicimos el amor, abrí sus piernas, ella bajo mis pantalones, chocamos el pecho y el abdomen y yo no paraba de temblar y ella no paraba de pensar que yo era una mujer… Fue el mejor momento de mi vida, aun después que me pidió olvidarlo porque jamás sucederá de nuevo y que para ella no significó nada, llegué a casa flotando, en un vuelo extenuado, por fin conocí aquella sensación de amar y ser amado y converger en un instante eterno, y diría muchas cosas más, de como toqué el cielo y como bajé lentamente hasta la mitad de sus piernas, o su pecho, o su lengua, pero escribo todo esto porque ella, ella no está… ¿Dónde está? me reclama mi alma, y creo que nunca estuvo. Hoy, ha pasado una semana, tal vez dos desde que no la he vuelto a ver, la odio, la amo, lloro y me quejo y regreso al quejido desesperado del amor de un perro al ver a su amo en una tumba, ¡si yo he sido su maldito perro todo este tiempo! por qué demonios regresé, si la vería de nuevo, sentiría la sangre caliente, la conocería de arriba abajo y entendería quien es y por que hace lo que hace, nos acostaríamos y yo volaría, y ella no sentiría nada. ¿He sido mal amante, mal amigo, mal esposo, acaso, mal hombre? si he sido su padre todo este tiempo, a costa suya he movido montañas para que esté bien, si me preocupé hasta el último momento, si la elegí aún después de conocer cada uno de sus demonios y lo único que tiene para decirme es que no sintió nada aquella noche, que cada beso habría deseado tenerlo con otra persona, que el mundo es vacío y limitado y yo nunca podré cumplir con sus expectativas porque ni siquiera ella tiene deseos de estar viva…

No sé… Si fui muy imbécil por amarla, o muy ciego por no amarla cuando ella me necesitó. Ahora yo la necesito, la necesito como el aire mismo y lloro nuevamente, yo, imparable y eléctrico personaje de gloria. arrastrándose por quien ni siquiera está con vida… Ahora que sigue, que puede esperarle a un hombre que llegó a la cima de las cimas, que solo conoce la cuesta abajo, que es silenciosa y desoladora como antes, como siempre. ¿Qué me espera dios que tu todo lo ves? siento que desperdicie mi vida entera, huyendo del dolor, siempre buscando el amor, hoy, me atrapa el dolor y me cuela los huesos y el amor está más lejos de lo que jamás creí que pudiese estar. ¿qué sigue ahora entonces? ni mi triunfal derrota es un consuelo, ni mi eterna conquista me darán esperanza, ni mi añorada utopía de tres mujeres en mi tumba me darán paz. Ella se ha ido y tal vez por siempre, y lo peor, es que nunca estuvo, nunca vivió aquellas aventuras llenas de gloria y luz porque ella nunca existió, solo fue mi espejo y yo me siento absoluto y orgulloso, y vigoroso y magnifico, soy la lava, soy el viento, soy la tierra misma que tiembla y estalla y vuelan pedazos ardientes de mi, y así la vi a ella, pero me dijo, me lo dijo muy claro, que nunca estuve, y nunca estaré, que ha estado vacía y marchita, primaveras nunca, ni soles, ni luz, ni paz, pues está colmada de un tormento inagotable desde el día de su nacimiento y por eso no puede amar. Entonces ¿yo por qué regresé? y me repito una y otra vez la misma pregunta, si ella por fuera es radiante porque refleja mi maravilloso espíritu, pero por dentro, es un bosque helado que entre la niebla oculta ataúdes de la gente que alguna vez quiso. Y siento que me convierto poco a poco en eso que ella es porque…. Quien como ella, hasta podría sobrevivir entre sus sombras de ser necesario, podría ser su amigo, cualquier cosa, pero no quiero esta vida para extrañarla siempre, y odiar a quien no sea como ella, porque ella es alivio, ella es frío para un hombre que vive en el sol, y eso es equilibrio, pero no lo entiende y no desea entenderlo, se marcha, se va como todas las veces que yo me fui por no poder comprender su razón de ser, ahora que la entiendo y sé de qué está hecha, como nunca quiero amarla, quiero darle razones para vivir, quiero estar con ella, y cuanto más cerca estoy, más lejos ella está de mi… Maldita polaridad, ella es la luna fría y sigilosa, y yo soy un sol que explota y se quema y me quemo en este abismal vacío de su ausencia… Olvidarla no quiero, jamás querré dejar de amarla, quedarme absolutamente solo, esperar a que se suicide, el mundo se la lleve, o por fin encuentre a la mujer que hará brillar sus días, esperar, ¿esperarla? si sé que la respuesta será la misma, nunca habrá una solución distinta, estoy muerto para ella y para mi ella está tan viva como el amor. Somos lineas paralelas, destinadas al mal sabor del tiempo, a envejecer, a llegar a la tumba, a pudrirnos entre la espesa tierra, y cuando nos cruzamos soy feliz, perfectamente lleno, y ella, perfectamente infeliz y vacía… Jamás dejaré de amarla, es un hecho, pero ya no puedo buscarla, no quiero, sé que es una larga vida y el silencio y la larga noche me atormentaran, pero llegaré a mi muerte de todas formas, ¿y para qué estas escaladas al cielo si no puedo quedarme? entonces elegí mal, y elegiría otra vez, tal vez no, porque de nada me sirvió ir hasta el fondo de ella si solo encontraría penurias como el arena del mar. Que desperdicio de amor, que desperdicio de tiempo, la convertí en mi diosa, en mi sueño más perfecto, en todo de mi, si ella, si ella solo ha deseado alejarse de mi, o acercarse, o jugar, o nada, ella es un cumulo de nada, es un pedazo de mierda que me duele, y lo que más me duele, es que aun así la amo con todo lo que soy…

Invoqué las fuerzas más poderosas sobre el universo desconocido por la humanidad, no solo demonios me rodean, dioses, titánes, abismos sin fondo se plantan a mis pies, la neblina de mi terror lo cubre todo y siento dentro de mi tinieblas y relámpagos ensordecedores. Tendré más cuidado cuando hable de ella, y del amor que rebosa dentro de mi, porque despertarlo, invocar su nombre y sentir el recuerdo se asimila a tentar a la naturaleza a auto destruirse, a ponerle carne fresca frente a un animal moribundo y voraz, e inmensamente grande. Hay que tener más cuidado cuando nombre a las mujeres en mi alma, o veré mi navío perderse en la oscuridad y encontrarse de repente frente a un sol tan caliente que ni mi propio espíritu y el coraje que lo hace inmortal, puede soportarlo.

Parte de mi no lo acepta, lo sabe, sabe que ella está en algún lugar escondiéndose de mi, y la otra parte, de mi también, se resigna, se posterga la muerte, es un destino amargo el de cada parte, pero vivir con ambas es un infierno…



URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS