Hay vida en martes
Malasangre.
El arte me mira de frente, apuntándome con un arma, mi reacción siempre es la misma, observo perpleja el cañón de su pistola, sin pestañear con los ojos como platos. Mi mente no existe solamente su cañón a centímetros de mi cara. Entonces ¡pum! y me vuelve la mala sangre, embadurnando cada centímetro de mi cara.
OPINIONES Y COMENTARIOS