Uno puede ser feliz humildemente. Tiene 2 padres que te aman, salud, poder estudiar y amigos. Crees que todo marcha bien, y así debe ser. Pero cuando te cruzas con las personas equivocadas, anuncios televisivos repetitivos, comentarios de superioridad y grandeza, empiezas a creer que lo que tienes no es suficiente y por el contrario empieza a perder valor, porque eres cegado por los anuncios críticas y comentarios que te dicen: «debes tener más». Ahí es cuando empezamos a desvalorizar eso que nos hacía felices. Pensamos que estamos completos y tenemos todo lo que necesitamos, pero de pronto salimos al exterior o somos bombardeados por anuncios y publicidades que nos genera una sensación de insatisfacción.
Simplemente tienes un trabajo donde te pagan lo que necesitas y eres feliz con eso. Pero luego un comentario o una crítica dice que tienes que tener un trabajo donde te paguen más, entonces tu satisfacción se esfuma, porqué así la sociedad lo impuso. Eres feliz porque tienes un auto usado con el que vas al trabajo, lo usas para salir con tus amigos y demás. Pero la televisión dice que debes tener un 0km para estar satisfecho, entonces la alegría que sientes por tu humilde auto se deteriora, porque así la sociedad lo impuso. Puedes verte flaca/o, pero programas de modelaje te dicen que puedes estarlo más aun. La sociedad seguirá cuestionando y fijando limites que debes alcanzar, pero esos limites nunca se alcanzan, lo que nos lleva a caer en un circulo de metas que se nos impusieron, para hacernos pensar que estaremos completos, hasta que dejamos de pensar y solo seguimos ideales ya marcados por otro.
Sientes que tienes el mundo en tus manos hasta que las críticas materialistas del mundo moderno atraviesan tu camino. Si aprendiéramos a ignorar las críticas y parámetros preestablecidos por la sociedad, aprenderíamos la importancia de valorar lo que uno tiene. Estamos mejor mirando tan sólo eso que nos hace feliz y nos da satisfacción. No permitamos que otros factores externos nos arruinen la capacidad de apreciar algo hermoso que estamos disfrutando. Pongamos le barreras al marketing, el consumismo y el deseo arbitrario que se nos impone para estar completos. Solo nosotros definimos nuestra felicidad con lo que tenemos. No requerimos que nadie nos diga que más necesitamos para ser felices y completos. Piensen que los budistas son felices con un estilo de vida despegado de todo lo material. Con esto no trato de decir que no te despegues de tus posesiones. Si no que debes estar feliz con cada cosa que tengas o te dan. Acepta la felicidad que tu mundo te ofrece, no dejes que lo preestablecido te diga lo que es mejor para ti. Ya que la felicidad está en cada uno.
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