Fragmento del libro: Un simple juego puede generar una gran pasión

Fragmento del libro: Un simple juego puede generar una gran pasión

Diego Prada

27/12/2019

Una noche inusual

Una noche cualquiera,luego de compartir con los “míos”, traté de contactarme con ella, -la mujer que tiene mi mundo hecho un nudo-, no logré contactarla y el cansancio pudo contra mi, caí rendido a causa de un largo día de trabajo, esperando a la mañana siguiente poder saber de ella.

En la mañana, nuevamente traté de contactarme pero no lograba hacerlo, durante todo el día fue así, sentía que algo estaba ocurriendo con ella, traté con un último mensaje, -Me tienes olvidado, te extraño, ¿pasa algo?-, sin recibir respuesta alguna, luego de unos minutos recibo el mensaje de vuelta, -Hola, ¿Cómo vas?, si pasa de todo-, en ese momento sentí temor, ese miedo que me agobiaba cada día por la situación que vivimos a diario, una incertidumbre que me cuesta sobrellevar en estos momentos de mi vida.

Nadie conoce mi situación, en especial mis sentimientos, acostumbro a mantener mi vida personal muy privada, como debería ser, sin embargo, existe esa persona que conoce todo lo que estoy sintiendo, todo lo que pasa por mi mente, en mi diario vivir, esa persona que está inmersa directamente en mi corazón y que hizo nacer estos sentimientos de una forma tan sencilla y tan auténtica que hasta el momento no he podido descifrar cómo lo hizo.

-¿Podemos hablar?, cuando puedas me avisas y te llamo-, me escribió en un siguiente mensaje.

Esta situación me tenía angustiado porque presentía algo que hace algunos días había ocurrido y de una u otra forma, logré hacerle entender que no podía estar sin ella en ningún momento y que todo este sentimiento que tengo, lo debo demostrar.

Ella es una mujer encantadora, profesionalmente es auténtica, una persona con logros increíbles que a su corta edad, dudo que existan personas comunes y corrientes como nosotros, que logren sueños a corto plazo, gracias al esfuerzo y el anhelo de cumplir lo que se propone.

Recibo la llamada de ella, -Hola, ¿Cómo estás? dime qué pasa- pregunto con ansiedad por la situación, a lo que ella responde: -No quiero seguir con esto, no quiero ser el plato de segunda mesa, no quiero ser alguien que está escondida para el mundo, vi tu foto con ella, te ves muy feliz, tienes una relación estable y bonita, ¿Por qué arruinar en algún momento eso?-, mi preocupación aumentó porque esta situación la habíamos vivido hace algunos días atrás.

Actualmente, tengo una relación con una mujer que cumple las cualidades perfectas para hacer feliz a cualquier hombre, pero hay un pequeño detalle, yo no soy cualquier hombre. La relación es estable, con altibajos como cualquier relación de pareja, sin embargo, existe “ella”, la mujer de la que hablo al inicio del relato.

“Ella” como le he llamado para hacer diferencia a que no es mi pareja actual, “ella” es una mujer maravillosa, es una mujer que tenía en mi mente desde hace mucho tiempo pero nunca tuve la iniciativa de tratar de conocerla como quería hacer, en este momento puedo decir que la conozca más de lo que en algún momento imaginé hacerlo.

Esa respuesta que ella me da, como explicación a lo ocurrido este día, me destrozó completamente, tanto que llegué a derramar alguna lágrima de la tristeza que me consumía. Luego de la llamada, continuamos enviando mensajes a través del móvil, tratando de manejar esa decisión que ella había tomado.

Escuché aproximadamente, dieciocho minutos de varias notas de voz que me envió, notas que escuché detenidamente cada segundo, tratando de entender esta situación que es tan fácil de hacerlo pero que mis sentimientos se niegan a lograr entender. Di respuesta a esas notas de voz, donde menciono lo importante que es ella en mi vida y lo valioso que es para mi, que permanezca a mi lado por el tiempo que sea necesario.

-Te quiero demasiado, te adoro, te amo- Respondió ella con signos de tristeza.

-Te adoro, te amo, no me quiero alejar- respondí.

-Perdón, perdón, te pido mil veces perdón. Quiero que me digas ¿Qué quieres?, no de planes, si no en este momento, ¿Qué quieres?. Preguntó ella.

-Disfrutar contigo como lo hemos hecho. Así sea hablando de lunes a viernes. Entiendo todo pero este sentimiento nos puso un candado y se desapareció la llave-. Le respondí desesperadamente por hacerle entender que lo más anhelado para mi, es ella.

Quiero poder encontrar la solución a esto que ocurre con mis sentimientos, ¿Los olvido totalmente o demuestro una realidad que puede hacerme muy feliz el resto de mis días?. Esta mujer tiene todo lo que necesito en mi vida, la mujer con la que he soñado tiene cada una de esas cualidades que ella tiene, es perfecta, es alegre, es encantadora, es noble, es dulce <<cuando se lo propone>>, es comprometida consigo misma por lograr cada una de esas metas que se plantea, es una mujer auténtica, en esta vida no hay mujer tan completa como ella, y sobre todo, lo más importante de todo lo que ella puede demostrar y hacerme entender en cada uno de los momentos que hemos vivido juntos, es que me permite ser yo, me permite ser la persona que quiero ser, que me nace ser, me apoya en las decisiones que puedo tener en mi vida y me hace entender que lo más importante para ella, es mi felicidad, felicidad que logro tener cada vez que estoy junto a ella.

Todos los días, trato de entender en qué momento una mujer se puede quedar en el corazón de un hombre, simplemente siendo la persona que es, sin necesidad de demostrar afecto excesivo o aparentando lo que nunca podrá ser, ella logró en mí generar un sentimiento enorme.

El secreto de este sentimiento está en ella misma, en ser tal cual como es día a día conmigo, esa sinceridad que demuestra con sus sentimientos y su personalidad, hicieron de mí un nudo pasional muy fuerte, que no quiero desatar en ningún momento.

No se que será de mí, si en algún momento de la vida, ella y yo no podamos consumar nuestro amor incondicionalmente ante el mundo y ante la vida entera, posiblemente, si ese día llega, seré el hombre más infeliz de este mundo, todo por no tomar a tiempo la decisión que debo tomar porque el miedo me invade enormemente, siento miedo de herir a otras personas, siento miedo de hacer daño, siento miedo de ser una mala persona, siento miedo de amar porque en algunos momentos, ni siquiera sé cómo amar a alguien, siempre he querido ser como soy frente a todas las personas pero no he logrado hacerlo por agradar a quienes quizá no valoran mi ser, pero resulta que existe alguien que valora cada una de las actitudes y aptitudes que tengo como persona, que me quiere, me adora y me ama, como quizá nadie pueda hacerlo… esa persona es “ella”, la mujer que amo a escondidas ante el mundo pero que ante los ojos de ella, le entrego mi corazón y mi alma cada vez que logro tenerla a mi lado.

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