Es injusto.

Vuelve el imponente frío

en el momento en que te vas,
en el que te llevas tu abrigo
sin saber
si volverá.

Si no estás a mi lado,
si tu voz no me abraza,
moriré congelado.

Puede parecer injusto
pero yo no inventé las reglas.

Es injusto que te quiera
si tú no lo necesitas,
pero, ¿cuándo la balanza
supo estar
equilibrada?

Si hay más agua que tierra,
si hay más aire que fuego,
no me pidas nada nuevo.

No soy Dios, pese a intentarlo.
No soy de piedra, debo amar.

Y sé que es injusto
tratar de darte
de lo que llevas
una vida entera escapando,
perdóname cuando puedas.

Te dejaré de amar de igual manera,
pero hasta que ese día llegue
si puedes, mantente cerca.

Porque es injusto morir de frío,
por un corazón que no es mío.