En la premura del tiempo gastado por nuestros sueños, me encuentro sonriendo y hablando de ti, como si fuera solo ayer cuando los dos dibujamos huellas en una playa ardiente y distante.
Hacen falta dos segundos para marcar en mi rostro una sonrisa al hablar de ti, dos segundos para hacer temblar mis manos cuando siento el aroma de tu cuerpo cercano a mi.
Hace falta toda una vida para entender porque ya no estás aquí.
Hermosura de agua cristalina y de azul profundo, blancura que lleva la arena sobre el vaivén de tu cuerpo. Hermosa playa desnuda, virgen, y sin ataduras, ahí estabas, frente a mis ojos, frente a mi mirada.
En lo seguro de mis pensamientos, te recuerdo y te añoro, en lo cierto de tus besos, me desvelo en una noche de aguardiente y vino blanco.
Bellas ranuras en mi cuerpo se tallan, perfectas con el correr del tiempo, incrustado en ellas está el amor que en silencio reclama tu ausencia.
Te extraño.
OPINIONES Y COMENTARIOS