Viviendo mi decisión (capitulo 2)

Viviendo mi decisión (capitulo 2)

Comencé a trabajar para «el choco» con el expendió de drogas en diferentes zonas de la ciudad, cada semana se me asignaba un sitio diferente, podían pasar hasta dos meses para ver un lugar de nuevo y muy pocas veces era que se me daba esa oportunidad. Era complicado llegar a un sitio nuevo, aunque estuvieras acompañado por otro hombre y el territorio le perteneciera a «el choco» siempre te podías encontrar en una situación que pusiera tu vida en riesgo, como alguien reclamando el territorio o la policía haciendo revisión, solo una vez estuve encerrado pero salí tan rápido como entre, al parecer «el choco» era alguien de cuidado hasta para los altos mandos.

Se me contactaba a través de un hombre que iba a mi casa y me daba las ordenes, o así fue durante los dos primeros años, dure en la venta de droga como año y medio, luego fui el acompañante de vendedores de droga, se me dio un revolver con unos cuantos cartuchos y me dijeron que llevara un arma corto punzante, escondía el revolver en sitios cubiertos de pasto alejado de donde escondíamos la droga y el cuchillo lo llevaba conmigo, así dure la otra mitad del año.

Después se me dio una radio, ya me encargaba de ir en moto a recoger el dinero por la protección de los negocios; para que se entienda la situación, en una calle en donde habían 20 negocios, yo pasaba por 19 y me fijaba como le estaba yendo al que faltaba, si duraba mas de 10 meses hablaba con el dueño, iba acompañado de otro hombre que se encargaba de la otra calle, ya iba solo con revolver y una cartera para guardar el dinero. Dure como 3 años y en ese tiempo tuve que matar a 7 hombres y 3 mujeres, dejando a niños huérfanos, fui engañado solo una vez al comienzo lo que casi me cuesta la vida.

Luego serví de guardaespaldas o acompañante en la entrega de grandes cantidades de droga y armamento, una vez tuve que vigilar un negocio de trata de personas y no aguante los pedidos de ayuda de las personas que estaban encerradas en jaulas como si fueran animales, entres ellas habían adolescentes y niños de ambos sexos, así que ya no quise seguir haciéndolo, de todas formas en esos negocios hay como 30 o 40 personas, o tal vez mas, que se encargan de vigilar. Al parecer la banda estaba creciendo y estaba unida a un cartel mexicano que a la vez tenia contactos en Asia y parte de Europa, pero todo esto gracias a que «el choco» se había hecho amigo de un cartel conocido en el país, no voy a revelar nombres porque seria como pedir que me matarán.

De ahí en adelante trabaje en asesinatos, algunas guerras contra bandas rivales, y cuando a la policía se le fue acabando el miedo y el gobierno comenzó a unir fuerzas con países extranjeros tuvimos fuertes choques con la ley. Todo el tiempo que llevo con «Los del sur» solo he tenido una entrada al sistema y fue la vez de la venta de drogas.

En este negocio es mejor andar con la mirada al suelo y mantener un perfil bajo. Para la sociedad soy solo un hombre que perdió a su madre cuando era un niño y que se gana la vida con un negocio que él abrió hace tiempo en el primer piso de su casa. Para los que me conocen soy uno más en este negocio al cual se le arrebato a un amigo y a su madre por manos de la banda, que está atado por el dinero como muchos otros pertenecientes a la banda, que vive en el segundo piso de un negocio protegido y que el dinero que gana es gracias a los asesinatos que hace.

La verdad es que mi amigo Juan murió desangrado por la puñalada que le dieron el día que nos estaban buscando, por lo que se, llego al hospital muerto ya que se demoro en llegar la ayuda, mi madre fue asesinada de un disparo mientras intentaba evitar que me llevaran cuando estaba inconsciente,. Tardé como 5 o 6 años en pagar la deuda que tenia con «el choco» pero ya no me podía retirar de la banda sin recibir un disparo en la cabeza, como dicen ellos «con sangre entras, con sangre te vas», entré en el momento en qué mataron a mi madre y a mi amigo y al parecer saldré cuando ya no sea de utilidad para «el choco» o quizá muera en combate por decirlo de alguna forma. Bueno, eso es lo común, el que ya lo quiere dejar porque quiere iniciar una nueva vida es asesinado.

«El choco» se encargo de conseguirme un cuarto en uno de los negocios que protegía la banda, ya que él les pedía poco dinero a los comerciantes, estos no decían nada a la policía lo que me dejo dormir cómodamente durante eh… ¿20 años? no estoy muy seguro, nunca lleve un conteo y todos los días se volvieron algo normal, no me fijaba en los días , solo en las horas.

Todo el odio que siento hacia «el choco» me lo he tenido que guardar, aunque ya no tengo nada que perder todavía tengo la esperanza de que un día podre librarme de todo esto y solo sera un recuerdo mas que olvidar, por eso no pienso tanto en «el choco», o así pensaba que seria pero a veces la vida te pide que decidas entre ayudar a los demás o ayudarte a ti mismo.

En este negocio, para mi, es mejor no tener familia como yo, y si la tienes que esta pertenezca al negocio, nada de niños, mujeres u hombres inútiles y cobardes, solo gente que haya sufrido tanto o más que tú, que se sepan defender en una situación que les pueda quitar la vida. Yo no conozco a alguien así, así que para mi todos son solo compañeros de trabajo, prefiero cuidarme solo y que lo que yo decida solo me afecte a mi, los que me conocen lo saben, debido a esto nació el rumor de que yo era el tipo de persona de la que es mejor cuidarse.

Llevo mucho tiempo en esto y tengo el conocimiento de muchas cosas de las que quisiera no saber nada, como saber que zonas del cuerpo humano es mejor lastimar en combate, tanto armado como desarmado, también aprendí defensa personal y como cazar a alguien, ser sigiloso, organizar coartadas para cualquier ocasión, no dejar rastros, y … bueno, varias cosas mas que solo me servirían en casos de supervivencia, o sea mi vida diaria.

Todo iba bien entre comillas hasta que se me encargo un trabajo de asesinato a una familia de un infiltrado de la policía que operaba como miembro de la banda, al parecer comenzaron a sospechar de él por hacer demasiadas preguntas relacionadas con las actividades de la banda mientras se encargaba de la venta de drogas según me dijo el hombre que me acompaña.

-Ya te digo, se lo merece, comenzaron a seguirlo y descubrieron que tenia una familia, se suponía que era un vagabundo que quiso formar parte de la banda para tener dinero.

-Aja- a mi que me importa su vida, solo estoy aquí para completar el trabajo, es lo único que me importa.

-También descubrieron que iba a una estación de policía cada semana, duraba ahí una hora y luego se marchaba. Ayer «el choco»ordeno que se lo llevaran y lo interrogo en ese horrible cuarto.

-Si, aja- como olvidar ese cuarto, el sitio en donde tu vida se termina y solo queda desesperación.

-Oye ¿me estas escuchando? es aquí- dijo el hombre mientras señalaba una casa corriente.

Y yo que creía que a los policías le pagaban bien, aunque la zona no es considerada peligrosa se reportan robos, era una casa de 3 pisos de color marrón, con unos cuantos graffitis. Ayer por la noche lo asesinaron, y nosotros llegamos de madrugada, no deberían haber muchos problemas.

«Toc, Toc» ……. Hay demasiado silencio, todo esta muy calmado, tal vez no escucharon. Presioné el timbre por 3 segundos, ……nada.

-Abran la puerta, venimos a hablar- Hablo mi compañero. -Bueno, entonces sera por las malas.

Había una ventana al costado de la puerta por la que se podía ver la sala, mi compañero rompió el cristal alertando a los vecinos, teníamos que actuar rápido. Quitamos los vidrios que quedaron pegados en el marco de la ventana y entramos a la sala, subimos las escaleras, las puertas de los 3 cuartos estaban cerradas, el tercer piso era una terraza y no había nadie, todo se centro en el segundo piso.

Nos posicionamos cada uno en una puerta, mi compañero en la primera puerta que se encontraba a la derecha subiendo las escaleras, yo en la puerta de la izquierda subiendo las escaleras, quedaron dos puertas mas que se encontraban detrás de las escaleras en donde empezaban las otras escaleras para subir al tercer piso, él pateo la puerta para abrirla, no había nadie, luego seguí yo, tampoco había nadie, solo cuartos vacíos, el siguió por la tercera puerta y yo me posicione en la cuarta que estaba enfrente, él rompió la puerta. ¡BANG!¡BANG!¡BANG!¡BANG!

Mire por reflejo hacia atrás, mi compañero había caído al piso recostado contra la puerta, tenia 2 impactos de bala en el pecho y uno en la cabeza, el primer tiro que sonó había pegado en la pared, me puse a cubierto contra la pared, no sabia de que parte del cuarto provino el tiro, considerando la posición del cuerpo de mi compañero podría suponer que están en diagonal a la puerta.

-¡BANG!¡BANG!- realice dos disparos sin apuntar.

.¡BANG!¡BANG!..¡BANG!- ellos respondieron, me pregunto cuantos serán y si estarán todos armados.

Se suponía que no debía haber riesgos, ¿puede ser que haya otro soplón?

-¡Por favor déjanos en paz!

-Shh, cállate y agáchate, ustedes también.

¿Cuantas personas hay dentro?, pude escuchar la voz de una mujer y un hombre, ¿cuantos habrá más?, no se pero ya se en donde se encuentran. Me posicione al otro lado de la pared junto al compañero recostado contra la puerta, la puerta se habría hacia dentro a la derecha pegando contra la pared, era un cuarto de forma cuadrada y este tenia una ventana que daba hacia la calle, justo encima de la ventana que rompimos para entrar, ahí estaban ellos, los tenia en punto de mira solo debía esperar a que se asomaran.

-¡BANG!¡BANG!- él también me tiene en su punto de mira- No nos van a dejar en paz, entiéndelo debemos matarlos.

-¡BANG!

-¡No!- la señora se acerco al hombre que me estaba disparando, debajo de él estaba un niño pequeño que salio corriendo en medio del tiroteo, la señora agarro el arma y con lagrimas en los ojos me intentaba apuntar.

-¡BANG!

-¡¡MAMÁÁÁ!!, ¡no mamá no te mueras!

-Mamá.

Le dispare en la mano que tenia la pistola.

-Agh… tranquilos solo me dio en el brazo- me lanzo una mirada asesina, esa mirada que te dice que no te acerques o morirás de una forma violenta.

Me acerque al hombre en el suelo, todavía respiraba pero parece que la bala dio en un punto vital, agarre la pistola que la señora soltó, lo único que queda es asesinarlos, no me gusta torturar a las personas físicamente ni psicologicamente así que debo pensar como hacerlo de forma rápida, ya se pueden escuchar las sirenas de la policía.

La señora, una niña de unos 9 o 10 años y un niño de 4 o 5 años.

-Po..r….fav….or no los…mates.- me suplico el hombre en el suelo.

-Lo entiendo pero no se puede evitar, o son ellos o soy yo- apunte mi arma hacia la señora y los niños.

-No por favor, matamé a mi pero deja a mis hijos libres, ellos no han hecho nada malo.

-Policía, ¡toc!¡toc!, hay reportes de un tiroteo en la casa, si no hay pronta respuesta se procederá a irrumpir en la casa.

Tenia a la mujer a un metro de mi, apuntándole a la cabeza, la mujer lloraba y sus hijos aún más.

-Por favor, hágalo por los niños, ¿usted no tiene a un ser querido al cual usted protegería hasta la muerte?, para mi esos son mis hijos, daría la vida por ellos sin pensarlo.

-¡Procedemos a derribar la puerta!

¿Alguien a quien proteger?, ¿como a mi madre o a mi viejo amigo?. Yo también merecía morir ese día, tan solo quisiera reemplazar a mi madre, tal como dijo la mujer, yo daría la vida por mis seres queridos, supongo que eso fue lo que hicieron Juan y mi madre para que yo tuviera un mejor futuro, pero no salio tan bien como ellos pensarían que saldría, supongo que ahora es mi turno de darle un mejor futuro a alguien.

-Usted debe entender que aunque no sea yo quien los mate, enviaran a otro a asesinarlos, deben tener cuidado.

-La policía no nos ayudara, eso nos dijo Fabián, …el hombre que esta en el suelo, era un buen amigo de mi esposo. Dígame, ¿es cierto que mi esposo esta muerto?- la mujer tenia una cara de desesperación y tristeza, más que por la muerte de su esposo diría que es por el futuro de sus hijos.

Nunca he hecho algo en la vida de lo que me sienta orgulloso, y aunque me gustaría vivir sin preocuparme de los demás supongo que es para estos momentos que se me permitió seguir viviendo, además… no es que tenga algo que perder en primer lugar.

Pude escuchar como entraban a la casa, supongo que se dieron cuenta de la ventana rota y sus sospechas aumentaron.

-¿Hay otra salida que no me lleve con los policías?

-No, solo hay una entrada a la casa.

-Esta bien, haremos esto, vayan al hospital, memoríce este número de teléfono y llámeme cuando pueda para darme el nombre del hospital, iré luego y hablaremos con mas calma, tenga cuidado con sus hijos.

Subí al tercer piso para mirar cuantos policías habían en la calle. Solo hay un vehículo, supongo que habrán dos policías solamente.

-¡Policía!, señora ¿esta bien?.

No me queda de otra, tendré que saltar desde el tercer piso.

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