Y vos dónde te escondes?
Detrás del paso de los años, esos que se supone que, con el solo hecho de pasar, nos dejan enseñanzas y nos van haciendo ser quienes somos…
Detrás de la agenda cargada que, tan apretada ella, nos habla de que hacemos y nos hace creer que somos lo que hacemos día a día.
Detrás de la moda, que usa nuestros modos y nuestros cuerpos para transmitir mensajes sobre lo que se supone que pensamos y nos importa.
Detrás de la ansiedad, que revela que hay algo escondido, sin dejarnos mirar mucho de que se trata.
Detrás de los vínculos, que toman nuestro ser e intereses, nuestra atención y nuestro tiempo, llenándonos a veces de ruidos que no nos dejan pensar.
Yo me escondo en las palabras, las propias, las ajenas. Intento evadir sus trampas, poder decirlas y escucharlas más allá de ellas, que me sean útiles, para que siendo mi escondite me permitan encontrarme y a la vez mostrarme.
A Veces para encontrarse hay que poder perderse un poco. A Veces nos perdemos,así sin querer, a veces necesitamos escondernos, para perdernos y poder encontrarnos.
Insisto… los niños nos enseñan tanto… desde que inician su vida juegan a perderse y encontrarse, a estar y no estar, a volverse para adentro cuando se sienten mal, y a salir renovados cuando se sienten listos…
De grandes ganamos las palabras, que pueden ser ese «pido alto» cuando el juego se torna muy real, y necesitamos tomarlo un poco en serio. Son el escondite que, desde ese lugar seguro nos permiten preguntarnos, quién soy, y desde ahí mismo, gritar «aquí estoy» cuando llega el momento de ser encontrados.
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