Qué esconde tu persona bajo esa mirada, bajo esos cabellos oscuros, bajo esos encantos de príncipe de las tinieblas.
Conoces la oscuridad, mas bien sabes que aquello que te alimenta es la luz y al atrapar la dejas sin vida. No agradeces ni el rayo de sol más débil. No sirve de nada iluminar tu rostro cuando tu alma está encadenada.
Eres sombra. Intentas convertirme en títere, encogerme, apagarme. Quieres mover los hilos. ¿ Ser tu víctima entre hilos, es eso lo que quieres? Hilos de tormento, hilos de confusión, hilos que se extienden hasta arenas movedizas.
A qué has venido príncipe, sino a contemplar mis flaquezas, a probar el dulce sabor de mi derrota. Y cuando lo consigas no dudaré en que tu propósito habrá sido culminado y con ello recogerás los hilos y avanzarás hasta la siguiente luz más cercana.
Príncipe, has desterrado tu identidad , renegando tu luz propia.
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