Hoy el fervor de una alma incinerada por sus pasiones toco la mía

hoy entendí que la rebeldía de ser quien uno es ya nunca mas seria rebeldía.

Nunca mas lo seria para mi, ni para ningún otro pensante lector inoportuno
aquel que contempla en su inesperado sentir siempre desalineado será libre.
Libre genuinamente de su reproche, de su tierra inhóspita que se volvería paraíso
de su sin sentido constante que se volvería reino sin monarquias.
La anarquía del sublevado de la agonía acusado constantemente por los demonios,
insaciables criaturas que habitan sin desdén nuestro alrededor siempre presente.
No se haría nunca justicia en su levantamiento soberano de sentir abiertamente
de gritarle al mundo agónico y dopado de su restringido sentimentalismo.
Injustamente enjaulados en su nacer, toda alma sedienta del ser, del uno mismo
jamas se someterá, NUNCA MAS, al terror de esa obscuridad.
«BASTA» grito en fuego abierto a si mismo sacrificio de nada, que lo fue todo
así guió almas en ese reverberante aullido de su libertad.
El dejo de existir para muchos y se volvió la luz que marcaría el camino al anarco insoslayable a su propio fervor.

Hoy otra vez te escucho, pasaron años y fui golpeado, me an sometido por segundos
pero te escuche sin penitencia alguna otra vez, desde el recuerdo del poeta.
No caeré en desgracia por aquellos que nos desvarían del sentir y lo vuelven consumo
no volvería nunca a la soledad del conjunto hipnotizado y herido.
Basta de reproches que no existen para mi alma que escribe en tinta vertida de mis venas
que se quien soy y lo que siento jamas será llama en el océano, nunca mas, hasta que lo evaporase por completo
Reclamo su libertad y la nuestra, empapándosela de amor y justicia, el soberano agonizó
en su sollozo constante de sentirse perdido y sin poder que alimentara su insatisfacción.
Grito por mi Capitan que se encuentra en tierra de nadie promulgando palabra en prosa
a razón de nuestra libertad, «oh soberano sometido por si mismo, encuentra tu ser de una vez y liberanos de tu incrédula mentira».
Que no hay realidad mas falsa que la impuesta por tus manos manchadas de sueños rotos nunca escuchados
callad esa ímpetu por tu falta de amor propio, que no podrás parar la hemorragia del pueblo moribundo.
Os despertáis vosotros o los despertaremos nosotros a pesar de que llames rebeldía a nuestro sentir
es nuestra libertad que tratais de poner en jaque y mi alma no permitirá nunca sus reproches
por qué no a dado lugar jamas a los propios.

No existís en nuestro mundo de honrada belleza de contemplación absoluta
esa que condenas en cada paso que dais a nuestro alrededor, bajad las armas y dialogad en pos de la felicidad.
La muerte será trágica para nosotros y para vosotros siempre, nuestra finitud alimenta nuestra llama
será el combustible de nuestro vuelo a cielo abierto, nadare por siempre al mar de mis libertades.
No habrá marea que someta, apoyad tranquilos tus buques de rigor y muerte en mis aguas
que os esquivare a sangre y sudor de palabra, que mi saber será mío siempre y no el que digas vosotros.
No mires a mis llamas sin temor a quemarse, nunca, por que no hay agua en el mundo que calme su flamear insaciable
venid por mi, constantes y capases, que os mostrar mi libertad pensante siempre.
La belleza no seria nunca mas un supuesto para nosotros que os conocemos y sabemos que esta en nosotros
no me negaras nunca mas con tus cadenas adornadas, que no os confunda mi corazón engrietado.
Que sus cicatrices hoy son el mapa al aire de mis vientos que guiaran a puerto primero los buques que seguís sometiendo
nunca os dejara la marea de mi llanto llegarme a mi sin entenderlo primero.

El basta no fue solo para nosotros, los románticos, fue para vosotros que cargáis las armas también
es pueblo de libertades el que reclama su tranquilidad para poder contemplar.
Os recomiendo escuchar e interpretar a razón de si mismos, que no haya reproche en lecho que os angustie
pues fuimos en vida lo que seremos en memoria de los eternos.
No olvidéis que llore por mi y mi hermano, que llore por vosotros si hizo falta
pero nunca llorare por la agonía mía, pues la enterré en el profundo sin fin de los olvidos.
BASTA OS HE DICHO, BASTA OS AN DICHO, MORID EN PROSA Y MANO PROPIA NUNCA MAS SERIA DEBIDO.

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