Carta a mi obsesión

Querida obsesión:

Sé que estás un poco desesperada, puedo sentirte, hasta casi tocarte. Sé que ha sido difícil, y que aún lo es, que todo parece ir al revés.

Sé que te sientes como un tsunami armándose para revolcar una ciudad entera, pues te pido que te relajes un poco, puede ser peligroso.

Estas cansada y aturdida, y te comprendo, es difícil guardar secretos pero sobretodo, es difícil fingirlo todo.

Estoy acá para ayudarte, quiero tranquilizarte, no todo es tan malo como parece, y no todo es tan ruidoso como se siente. Sé que no es cuestión de tiempo, sino de comprender que, las cosas no siempre salen como uno quiere.

Te escucho gritar y llorar un poco, y hasta se me contagia, que a veces termino gritando y llorando por no saber como ayudarte.

Somos dos en un mismo cuerpo, compartimos todo pero a la vez es antagónico. No quiero sonar arrogante pero, no quiero ser como tú, a la gente le asusta.

Por eso deberías respirar un segundo, detenerte y observar que alejas a las personas, que es mejor no presionar las cosas, que si no se da lo que tu quieres, seguramente venga algo mejor.

Que no eres mala, que sólo asustas, sácate un poco de peso de encima, que no deberías cargar con tantas cosas. La vida es más simple, aunque con un par de encrucijadas.

Soy tu compañera, y todo lo que haces me afecta, pues elijamos un rumbo juntas, dame tu mano y veamos las cosas con detenimiento, no todo es tan grave, no todo se termina.

Calma, no tengas miedo. Acá estoy yo para abrazarte, sostenerte, y escucharte.

Atte: tu compañera.