Esta historia trata de un hombre común y corriente, sencillo en cierto modo , vivía en una pequeña ciudad al norte de España con unos posibles cuarenta años de edad, muy pensativo el chico, siempre se veía con la vista hacia el suelo y no se le escuchaba decir palabras en un tono alto, tampoco se metía con nadie, era apuesto porque no decirlo, en ocasiones hacia bromas pero su sonrisa no duraba más de un segundo, y sé muy bien que el intentaba ser una persona normal, muchas veces me acerqué para intentar hablar con él pero se me era casi imposible, era muy tímido no hablaba con cualquier persona pero era muy inteligente y era muy apreciado en el trabajo, era una de esas personas que en cuanto les conoces sientes la capacidad de contar tu más oscuro secreto y sientes la inequívoca sensación que será un secreto hasta la tumba , es algo indescriptible decir en pocas palabras lo que significó este personaje en mi vidas.
El sol es tenue me hace recordad el día en el que le conocí, él iba saliendo de una cafetería que estaba de frente al aparcamiento de coches donde siempre dejaba el suyo, llevaba su traje negro favorito, en algún momento llegue a pensar que era el único porque nunca le vi vestirse de otra manera, las líneas en su pantalón eran perfectas su corte de barba también era perfecto, la altura perfecta con apariencia de dos o tres días pero uniforme y bien delineada, sus zapatos eran de color negro un negro tan uniforme que podía reflejar la gran esposa que tenía, o al menos esa fue la impresión que me dio al conocerlo aquellos ojos negros profundos me hipnotizaban solo con pensar en ellos, no tenía apariencia de la realeza, él era común y corriente ¡creo que me enamore!
Esos fueron los primeros días de haberlo conocido y no quiero seguir hablando de él porque es algo que no sé si me duele el recuerdo, me hace feliz o ambas cosas, fue tan solo un mes creo aproximadamente que estuve cera de él, pero siento que esos dos meses fueron los únicos que en realidad he sentido la vida dentro de mi corazón es como si hubiese desperdiciado mi vida entera sin haberlo conocido y en realidad no sé cómo empezó todo si no tenía que ser así, pero al igual que toda linda historia comienza con un tímido saludo o un simple hola, siempre termina con el más amargo adiós.
Nuestra historia no comenzó así, si tuviese que poner una fecha creo que sería el día en que accidentalmente derrame una taza de café sobre su escritorio y estuve a punto de matarle porque el café hizo corto circuito y lo dejo inconsciente, esa misma tarde al salir de la oficina fui a la sala de urgencia donde estaba y ya se había marchado, sentí un gran alivio al saber que no era de gravedad así que marche a casa pensando en la disculpa que le daría al día siguiente. Pasé toda la noche en vela pensando que le diría e imagine los peores escenarios para mí y me costó mucho conciliar el sueño.
A la mañana siguiente desperté somnolienta y sin fuerzas no tenía ánimos de nada, me levante de mi cama y me dirigí hacia la ducha, al terminar me arregle un poco el cabello mirando mi reflejo en ese pequeño espejo y odiando más que nunca mi trabajo porque no me permitía tener compañía, en ese pequeño momento de la mañana siempre me detengo unos segundos en ese espejo y pienso lo mismo, será que pago alguna condena, será que dios me dio este empleo porque me creyó capaz o simplemente no tengo escapatoria.
Era un hecho inevitable que le vería de nuevo y no sé con qué cara le vería, yo llevaba apenas dos días trabajando ahí y tenía miedo de que me despidieran pues necesitaba ese empleo. Al llegar a la oficia había una nota en mi escritorio con una nota que decía mi nombre y que me reportara en su oficina a las nueve de la mañana en punto.
Toque suavemente la puerta y escuche que dijo “Adelante”, pasé temerosa y me puse frente a su escritorio y me presente formalmente: Mi nombre es Olivia de recursos humanos. Él respondió suavemente, pero de una manera desinteresada. Mi nombre es Henry un placer , me dio coraje al notar que no levanto la mirada siquiera y pregunte cortés mente la razón por la que me había llamado, sin levantar el rostro apunto con su dedo índice a la mesa de la esquina en la que había una pila de documentos y un antiguo ordenador, me ordenó transcribir todos los archivos con la menor brevedad posible, entendí muy bien la orden así que empecé inmediatamente mi trabajo, estuve toda la mañana transcribiendo textos que parecían importantes hablaban de comercios internacionales y algunos mencionaban cuentas bancarias y grandes cantidades de dinero en depósito, él no menciono ni una sola palabra en toda la mañana dos llamadas telefónicas de la gerencia según entendí y unas visitas de una chica de archivos que llevaba documentos para firmar, también observe que en su escritorio no tenía ni una sola fotografía de su familia y tampoco en las paredes pero no quise decir nada aun me sentía avergonzada con lo ocurrido la tarde anterior.
Al llegar la hora del almuerzo, me levante de mi asiento y le pregunte que si me acompañaba a comer y solo contesto “tengo cosas que hacer” maldición pensé ahora sentiré mas vergüenza porque me rechazó, no dije nada, pero aun con furia di la media vuelta y marche. Estando sentada en el comedor pensé que era un tipo muy extraño, al parecer no tenía parentesco con nadie en la empresa y tampoco tenía amigos y empezaba a dudar si en realidad tenia familia, así que tomé la decisión de comenzar a hablarle.
Al terminar mi almuerzo me dirigí a toda prisa a la oficina para hablar con él mientras no hubiese mucha gente para no incomodarlo y además para que nadie escuchara nuestra conversación, pero al llegar la oficina estaba cerrada y decidí esperar un poco peo él nunca llegaba, todos los módulos uno a uno empezaron a ocuparse y llego la ora de seguir con lo que me había ordenado así que no pude seguir esperando y empecé a trabajar, y así el día acabo y el nunca apareció.
Llegue a mi casa y me pregunte donde estaría, le habrá ocurrido algo, na, pensé si le hubiese ocurrido algo yo habría sido la primera en enterarme así que me fui a la cama, imperdonablemente pensando en él.
Al día siguiente llegue a la oficina y él no estaba, la chica de archivo me comento que el día anterior tenia cita con el médico y que ese día él lo toma siempre por las tardes pero que por la noche al regresar tuvo un accidente y que estaría ausente durante un tiempo. Maldición grite dentro de mí con todas las fuerzas de mi corazón y corrí sin importarme nada, cogí mi coche y me dirigí hacia la casa de esteban mi mejor amigo y antiguo compañero de trabajo, toque su puerta con mucha fuerza e insistencia hasta que abrió, con gran asombro intento saludarme, pero lo único que hice fue golpearlo en el pecho con mis puños muchas veces hasta cansarme, y el solo me dijo si es por el chico ese es mejor que te marches. Seque mis lágrimas y tome mi coche de nuevo y lo único que pensaba era en sus hermosos ojos negros y profundos, no sé porque pensaba tanto en él, no sé porque sentía algo por él, quizá fue el destino no sé, pero necesitaba verle una vez más y ofrecerle disculpas. Busque en todos los hospitales asta encontrarlo, su condición era estable, pero está muy mal herido, dije que era su esposa y como nadie me conocía me permitieron pasar a su habitación, él estaba ahí tendido en la cama me alegro mucho haberlo encontrado y más aún verlo con vida tome su mano derecha suavemente y una lagrima rodó por mis mejillas y callo en su anillo de bodas, fue tanta mi impresión que solté su mano y caí de espalda al suelo y no pude decir nada. Por primera vez sentí que mi corazón se hacía pedazos y lo peor es que no tenía por qué sentir algo por él, solo quería conocerlo lo juro que es cierto, quería saber quién era , como era , quería conocer el tono de su voz y porque no el olor de su piel o el sabor de sus labios desde un principio sabía que no sería posible pero aun así quería sentir por un vez el calor de un hombre, escuchar el latir de un corazón que pronunciara mi nombre sentirme amada por una vez sin temor a que fuera una ilusión. Espere ahí durante horas y ninguna visita llegó, los minutos pasaban y una tras otra las enfermeras llegaban, pero él no despertaba y así la noche llego, me quede dormida en la silla de la esquina quería ser la primera persona que el viese al despertar y la noche venció mis ojos que se cerraron lentamente, pensando nuevamente en la ora en que él despierte.
Al fin despertó diez y ocho horas después de la operación, al fin lo hizo, aun moribundo me vio y pregunto quién era yo, sonreí y dije que eso no importaba, lo abrace tan fuerte que soltó un leve quejido y una sonrisa de felicidad se escapó de su rostro, pero; me llamo Sara. Su sonrisa era tan hermosa que no quise arruinar el momento, así que me ice pasar por Sara durante quince días más, fui su única compañía durante ese tiempo y aunque en un momento no me importo luego empecé a pensar que él no tenía a nadie, ahora al pensar en él era yo la de la mirada triste y vacía , pensé cuantas noches de soledad había pasado y me hacía muy feliz pensar que en algo éramos iguales aunque se que eso suena egoísta de mi parte pero por fin empezaba a hablar, creo que me confundía alguien más pero no me importaba siempre y cuando fuese feliz, se veía tan diferente que era irreconocible, su mirada era brillante, tanto que podía iluminar los oscuros años que viví sin conocerle y jamás pero jamás me sentí igual.
En la tarde del día número quince el doctor dijo que estaría de alta a la tarde siguiente así que me propuso ir por un poco de ropa, dije que si aun sabiendo que no era mi esposo,a la mañana siguiente revise entre sus pertenencias y ahí estaba la llave de su casa, su dirección estaba en una etiqueta atada a elles al llegar a ella me encontré con su mujer , era una mujer preciosa un cuerpo esbelto, un cabello negro que le llegaba hasta la parte baja de la espalda, un rostro perfecto y por si fuese poco la persona más amable que jamás podre conocer, ella estaba en el jardín frente a su casa le salude y le mencione que era un asunto de su marido y me invito a pasar a su casa , mientras me servía una taza de café me dijo que se llamaba Sara y que llevaba diez años con su marido, me contó algunas historias de cuando eran jóvenes y como se conocieron, todo parecía un cuento de hadas , pero no era mi cuento de hadas ella estaba muy emocionada hablando de un sinfín de temas pero tuve que interrumpirla para mencionar lo de su marido, después de escuchar todo esto no tenía ni idea como actuar frente a ella y explicarle, así que decidí dejar el temor atrás y lo dije en una sola frase, su esposo tuvo un accidente muy grave , quizás no fueron las mejores palabras pero no sabía qué hacer, guardo silencio y bajo su mirada, me sentí la persona más imbécil del mundo y rompí en llanto, ella me tomo del hombro y dijo tranquila; me alegro mucho, así que pronto estará con nosotros, para de llorar, pensé que era cierto lo que ella decía así que le pedí un poco de ropa para él y sin pensarlo me la entregó, en ese momento no comprendí porque no hizo ninguna escena de celos pero de igual manera partí de nuevo al hospital, y Henry esperaba con los brazos abiertos, se vistió y salimos de ese hospital rumbo hacia su casa .
Me sentía feliz porque el al fin estaría con su mujer pero también me sentía triste porque sabía que esta historia no sería de final feliz de eso no cabía duda, alguien tenía que sufrir, así ha sido siempre y nunca cambiará, seguí conduciendo de regreso a su casa y al llegar el salió del coche y rápidamente entró a casa, yo sin embargo me quede en el coche sin saber que hacer volteé hacia mi lado derecho y del otro lado de la puerta estaba Esteban mi mejor amigo y dijo, ya sabes cómo terminara esto verdad, solo le grité que se callara y seguí llorando en mi coche, con lágrimas en mis ojos decidí salir del auto y entre a casa. Todo estaba muy callado solo y con un poco de polvo, no entendía porque si en la mañana todo parecía distinto, Henry me sorprendió por detrás y me tomo de la cintura y dijo “¿Sara, porque tardaste tanto?” me dio un beso tan apasionado que me fue imposible resistirme, todo parecía un sueño, me sentía libre y con ganas de vivir me sujetaba tan fuerte por la espalda y yo lo sujetaba a él, mis piernas rodearon su cintura y el me levanto en el aire como si el viento fuese su amigo, los dos danzábamos por toda la caza sin temor a nada, nada importaba en absoluto, acepto la ropa que en un momento llego a ser un estorbo, me aventó en el sofá y me hizo suya una y otra y otra vez hasta quedar exhaustos.
Los dos ahí juntos en el sofá como dos jóvenes de veinte años disfrutando del mundo, del calor de nuestros cuerpos desnudos y el latir de su corazón era algo tan hermoso.
En ese momento apareció Sara, me levante del sofá con gran vergüenza intente explicarle y solo me dijo: ¡calla! Acompáñame me cubrí con una manta del sofá y la seguí, me guio por un pasillo y abrió una puerta era una habitación preciosa de color rosa con armarios blancos y juguetes por todo el suelo. Sé quién eres me dijo y sé a qué vienes, la mire con asombro y continuó; has venido esta mañana y pensé que Henry ya estaba listo, nuestra hija murió en un accidente de tránsito, hace un año y el todavía cree que está estudiando en el extranjero, lo veo dormir cada día y me duele mucho lo que él está pasando, por favor ayúdanos, sé que tú puedes hacerlo.
Sara con quien hablas- dijo Henry- sorprendida lo mire y regrese la mirada para ver a Sara, pero ya no estaba ahí y comprendí todo, me senté en el sofá junto a Henry y le di el beso de despedida, el beso de la muerte.
Cuando él estaba agonizando en el suelo sonrió y le recordé de nuevo el día en el que le vi por primera vez el me vio en la oficina, el día de la tasa de café, ese día debía morir ese era mi trabajo, pero en el último segundo dudé y no lo hice, todavía no sé qué fue lo que sucedió, esos ojos llenos de tristeza me hicieron recordar el pequeño espejo de casa, pude ver mi reflejo en su mirar.
Salí corriendo sin parar hacia la puerta, y ahí estaba esteban, sin ningún esto en su rostro dijo: ¡así es como siempre será!
Al fin de todo, creo que esa era mejor decisión, ahora él está con sus seres amados y yo; yo seguiré en este mundo por mil años más hasta que dios decida cuál será el punto que marque mi fin.
Fin.
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