El mundo es parte de un sueño, dicen los hinduistas …

Un día cuando era bebé yacía en el regazo de mi madre, era yo, ella y el mar.

Era yo un bebé de casi un año, mi madre una jovencita aún, protegía a su hijo y el mar… Solo era el mar.

Era la primera vez que aquella mujer nadaba en el mar. Y la primera vez que sentía el terror del mar.

Las mareas son impredecibles, bastó un instante para que la luna con el agua conspiraran contra ella, un segundo para que fuera arrebatado de sus brazos.

Ahogado por el funesto mar, quedé inconciente, ella llegó pero también la marea la atrapó. Pudimos perdernos en el mar.

Mientras pasaba la hecatombe soñaba nadar, soñaba llevar a mi madre a la orilla de la playa. Para mí no era una pesadilla, era otro sueño más.

Mi madre me despertó estábamos en la orilla sanos y salvos.

Han pasado 30 años y solo queda la anécdota de tres entes en la nada mi madre, el mar y yo.

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