Esa noche no se repitió nunca más.
Nunca más y de verdad la eché de menos.
Yo pude haberte recitado al oído
El mejor de mis poemas. Y llevarte
A mi paraíso
Más no fue posible porque la poesía
Eras tú. Estabas llena de gracia, llena de magia
En tu sonrisa, la voz de campana
En tus ojos, la inmensidad del universo
En la exquisitez de tus labios la habitación
Del amor.
Tus blancas carnes
El vino de tu boca
Eran solo míos, solo míos
Pero no fue, no fuiste posible
Estando en mis manos echaste a volar
Entre la música de un bolero
Que esa noche bailamos pausadamente
Perdidos en el tiempo…
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