Día 221 de tu ausencia

Han pasado los días, las horas quietas, quizás sin permiso, quizás empujadas al abismo del olvido.

Pasan los días y la tenue luz de la luna que rompe mi oscuridad se posa sobre tu imagen. La vuelve bella, fina, la convierte en una visión magnífica que hace brotar de mi pecho una ilusión.

Pasan las horas y aún miro tu imagen queriendo guardarla en mí. Capturando su encanto en mis pupilas, transportando, con algún tipo de desesperación, esa figura a mis venas.

Pasan los días y crece mi pena. Ahora es tan grande como aquel adiós, enorme como la esfinge que representa mi anhelo. Ahora no cabe en la habitación. Es más que yo. Ahora yo la habito, la hago mi hogar permanente.

Pasan las horas y pienso que tal vez pudo ser la historia más grande de todas, pero hubo miedo, y el miedo de la mano de la duda hacen tambalear cualquier amor.

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