¡La mansa embarrá que quedó! y es tan grande el disgusto. Patipelaos contra patipeluos. ¡Cómo será de grave la cuestión! que la Garra Blanca y Los de Abajo andan marchando juntos con banderas, bombos y platillos por las calles de Chile.

Pero hoy día y desde hace una semana todo es distinto. Yo, no entiendo mucho. Creo que es porque todos los de Plaza Italia para abajo somos miembros de la flaiteza y del patipeladismo, también nosotros los de la Garra Blanca y Los de Abajo.

Lo único que sé es que todos tenemos que estar enojados, tocar las cacerolas hasta hacerlas tira y saltar por arriba de los torniquetes del metro.

Yo saqué una paila grande de la cocina y un cucharón para hacer ruido, eso si, lo hice a escondidas. Si mi mamá me pilla, seguro que me manda con los patipeluos porque es la única paila que hay en la casa.

En la casa deYanira y el Brayan no habían cacerolas para tocar, solo había una olla y tenía comida, seguro nos sacan el pellejo, nos cortan en cuadritos y luego nos fríen en aceite si las sacamos. Así que fuimos al basural de la esquina a buscar tarros, palos o alguna tetera u olla vieja. Encontramos varias y como pensamos que otras personas tampoco tendrían cacerolas para romper las recogimos todas y las dejamos en la vereda para que las usara quien quisiera.

Toda esta guerra comenzó por treinta pesos. Treinta pesos no alcanzan ni siquiera para comprarse un chicle, pero el presidente dijo que por treinta pesos había guerra y mandó a todos los milicos, los ratis, los señores carabineros pacos y hasta los marinos a matar a todos los patipelaos que estuvieran enojados caminando caceroleando por la calle.

Los pacos andan en camionetas 4×4, de esas bien bacanes, en autos sin patente y en sus furgones de color verde. Los milicos en camiones y tanques. Lo que no entiendo es cómo andan los marinos porque esta guerra no es en el mar, sino en las calles de distintas ciudades ¿será que los buques también pueden navegar por las calles?

Todo esto porque unos señores expertos de algo dijeron que tenía que subir el pasaje del metro y los cabros del colegio se enojaron. La Yanira, el Brayan, el Careflauta y yo también nos enojamos, cuando vimos que hace rato todo sube y sube, cuando vemos que nuestros papás nunca están en casa porque se la pasan trabaja que trabaja y más encima el ministro dice que tienen levantarse más temprano. Mi mamá nos viste y nos da desayuno como a las cinco de la mañana, antes de irse a tomar la micro para ir al trabajo, luego nos deja sentados en el sillón durmiendo hasta que pasa a buscarnos la vecina para ir a dejarnos al colegio. Entonces si ahora tiene que levantarse más temprano mejor que ni me acueste. Eso me dio mucha rabia.

El Careflauta dijo que otro señor patipeluo del gobierno había dicho que había que comprar flores, porque esas en lugar de subir habían bajado su precio. Pero al Careflauta le carga la coliflor. ¡Más flores! por ningún motivo.

La Yanira contó que otro viejo papipeluo del gobierno había dicho que a todos los patipelaos nos gusta ir de madrugada al consultorio, porque allá nos juntamos a conversar y a pasarlo entretenido. La Yanira se la pasa en el consultorio porque su mamá tiene cáncer y tiene que ir a hacer la fila a las cuatro y media de la mañana día por medio y ella no lo pasa nada bien haciendo eso.

Entonces, todos nos enojamos mismísimamente y nos armamos para ir a la guerra. Es una guerra bien desigual eso sí. Nosotros tenemos pailas, ollas, tarros, cucharones… y ellos tienen lacrimógenas, pistolas, lumas, tanques, camionetas, buques, helicópteros y cañones.

Nosotros tocamos las pailas, alzamos banderas, cantamos, bailamos y gritamos y ellos nos lanzan agua sucia, gas y balas de verdad, de esas que matan y uno se queda bien muerto. Anoche los pacos mataron por primera vez al vecino, él nunca antes se había muerto. Todos nos quedamos muy tristes y más, mucho más enojados. Toda mi rabia que yo tenía para Los de Abajo, ahora se pasó así en un santiamén a los patipepeluos y a los uniformados que les obedecen. Menos a los bomberos, ellos siguen siendo buenos.

Yo antes quería ser carabinero, pero ahora veo que eso muy malo y feo. El Brayan todavía quiere ser marino y la Yanira… ¡Ni idea! dijo que se le había apagado la máquina de los sueños.

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