No lo escribí hoy,

¿por qué será?

No lo escribí, no te describí.

Sabía cómo expresarlo, pero no lo hice,

no lo escribí.

A una mujer, veo a una mujer,

con su vestido largo, negro y blanco.

Con su voz encantadora, regalo de la naturaleza.

Se compara como el cantar de un pájaro.

La escucho, vos también la escuchaste.

Anoche la escuchaste.

¿Por qué no expresas como yo tus sentimientos?

¿Por qué no decís lo que pensás?

Quizá sea por miedo, quizá.

Sé que de alguna manera u otra estoy metiéndome donde no debo.

Sé que de alguna manera u otra juego con fuego.

Juego con el mar, sabiendo que puedo hundirme porque no sé nadar.

Juego contigo sabiendo que me puedo enredar.

Enredar en tus profundos ojos, fijos y causantes de temor.

El jazz suena en mis oídos y me hace imaginar,

más de lo normal.

Abro mis alas para dejarte entrar,

tienen colores llamativos, pero no los que vos buscas.

Abro mis alas y te doy la señal,

pero no la captas.

Le pedí a cupido que te flechara pero no quiso hacerlo,

por tu edad.

Lo insulté y me enfadé.

Le pedí al destino pero tampoco aceptó,

porque envidia tus ojos, dice.

Le pedí a la vida, tan sólo una oportunidad,

pero me rechazó, no dio motivos.

Me acerqué a la muerte,

sólo para ver qué decía,

y ella respondió << En otra vida, niña >>.

Pero yo aún no me rindo.

La dopamina está latente.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS