Te mando el beso que nunca me atreví a dar.

Me es fácil escribir lo que siento, lo que no sale por mi garganta fluye por mis dedos, la sangre detenida corre como carrera clandestina a marcar tu número telefónico y escuchar tu dulce voz… Es que no logro dormir bien desde aquella noche, olvide mi nombre y como volver a casa, recordaba el olor a colonia barata y tus zapatos de cristal. Pensé en ti unas 15 veces antes de soltar un suspiro con tu nombre, recordé como volver a casa e inconscientemente termine tocando a tu puerta, mojado en llanto y hambriento por degustar la ultima cena.

Me había consumido el insomnio, y desperté varado en la orilla de una fea playa, me quite el abrigo y desenrede el nudo en mi cuello, tire mis zapatos, y corrí… Sentí la fría ola golpearme con fuerza el pecho, mi cuerpo desnudo, congelado y mi sangre hirviendo., Sentía la necesidad de ver que hay abajo de mis pies, pero solo me digne a flotar y ver las tristes nubes llorar, mientras yo solo le pedía a Dios que no me diese una segunda oportunidad.

Etiquetas: historia corta

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS