Importuno este sufrimiento,
no sabe ser discreto.
Lento este prolongado olvido,
sobre los márgenes de mi ventana,
se haya escondido.

Un hasta luego con penumbra,
incertidumbre que asecha,
esta cosecha no germina,
no sabe florecer.
No echa sus raíces,
no goza de luz y agua .
A oscuras en un rincón, de este cobarde corazón.

Que solo sabe disfrazar el adiós,
muriendo por darte
una cálida bienvenida,
abrir las persianas y permitirte
brillar en la fotosíntesis.
Sin tesis que le demuestre, que sufrirá nuevamente.

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