El parto.

El parto.

Elle13

27/09/2019

El 3 de diciembre nació Él… Con habilidades sobrenaturales, dones que solo se los pudo haber dado el diablo. Por favor… No digas su nombre, sólo dirijámonos hacia el, con esas palabras… Él.
En el pequeño pueblo de Ramiram la lluvia y el frío se hacían presentes en el nacimiento de Él. Los gritos de su madre, las felicitaciones del médico y las nalgadas de la partera le dieron la bienvenida al mundo. Blopa observaba todo el proceso de parto desde la calle, por una ventana que daba justo a la habitación donde su hermana estaba internada. Acababa de nacer su sobrino, la excitación le invadió el cuerpo. Quiso entrar al consultorio para estar con su hermana y poder alzar al pequeño, pero era consiente de que no era posible. La lluvia no paraba como tampoco lo hacía el viento, las ramas de los árboles se zamarreaban para todos lados, algunas incluso llegaban a romperse y estrellarse contra los vidrios de las ventanas de las salas de parto. Blopa decidió entrar a la sala de espera del hospital y aguardar a que lo llamen para entrar a conocer a su sobrino.
Agitada y sudorosa Ludmila Campes besó a su hijo en la frente, recostada en la camilla, lo apretó contra su pecho y siguió besándolo en todo el pequeño rostro.
— La felicito señora Campes, dio a luz a un niño hermoso— Expresó el doctor Williams Zumbrich.

Con dificultades para hablar debido al cansancio del parto, Ludmila suspiro un gracias, con lágrimas en los ojos. —Esas lágrimas son de felicidad mi niña— Comentó la partera. Desde la camilla esbozó una sonrisa.
— Hay un familiar suyo señorita. Cuando guste le diré que… — La rama de un árbol chocó con la ventana de la habitación interrumpiendo al doctor.— No se preocupe no se romperá, advirtió Williams.
— Ya no hay tiempo doctor, el vendrá por mi hijo. se entristeció Ludmila Campes—
— ¿Su padre? preguntó la partera, apoyando su mano contra su pecho.—
— Si y los asesinará a todos… Lo siento, se disculpó la madre del niño, limpiándose las lágrimas de la mejilla con la palma de sus manos. —
— Lo denunciaré con la policia ya mismo, no se preocupe, exclamó el doctor.—
Tomó su teléfono celular y marcó el 911… las luces de la habitación empezaron a titilar, el cielo empezó a oscurecerse… —Está aquí— balbuceó Ludmila. Las luces finalmente se apagaron, la partera corrió rápidamente hasta la puerta pero esta estaba bloqueada. No tengo señal, tartamudeó el doctor Williamms, la puerta esta cerrada dijo la partera… En la completa oscuridad, solo el sentido de la audición puede ayudarte… Se empezó a escuchar como se agrietaba el cemento de las paredes, las piedritas caían como si fuesen arena. — Ve a la ventana Jimena, ordenó Williams a la partera.— Sin protestar se dirigió a… — ¿La ventana, Williams?.— El doctor Williams comenzó a escuchar sus pulsaciones, las manos le temblaban, por sus sienes caía sudor. Del bolsillo trasero de su pantalón sacó un pañuelo para secarse, pero se percató que el sudor era más espeso, y caía en grandes cantidades, comenzó a inundársele la cara con… ¿Sangre? Preguntó al aire el doctor Williams… se estremeció. Las luces se encendieron la mujer estaba en su camilla con su bebé mirándolo fijamente. El doctor volteó para su izquierda lentamente… No había nadie, volvió a su posición original de frente mirando a la muchacha. Su respiración empezó a acelerarse, gotas de sangre entraron por su boca y sintió el sabor a hierro… Sintió un suspiro a su derecha, muy cerca de él, las pupilas se le dilataron y su ritmo cardíaco de aceleró, cerró los ojos y volteó, los abrió… No hay nadie. Su respiración entrecortada se escuchaba a metros de distancia. Giró levemente hacia la chica y pudo observar que esta vez no lo miraba a él, Ella observaba arriba… Cerró los ojos y contó hasta 10… Al abrirlos lentamente notó que la chica y el bebé ya no estaban… Suspiró de alivio, Demasiado pronto… Cayó una gota de sangre al suelo, justo delante de su pie, casi por inercia levantó la vista hacia el techo de la habitación del hospital… Cayó Jimena arriba suyo.

Al caer al suelo se golpeó la cabeza, haciendo que esta rebote como si fuese una pelota. Lejos de desmayarse, se arrastró hacia la puerta para escapar de lo que estaba sucediendo, sus antebrazos magullados lo llevaron hasta… ¿Dónde estaba la puerta? De repente sintió que alguien lo tomó de su pie y lo arrastró con fuerza sobrenatural hacia atrás… —Lo siento Williams, declaró Ludmila Campe… Llegó tu hora.— —No, por favor gritaba el doctor… No, por favor.—
Blopa que estaba en la sala de espera, se quedó dormido y al despertar por culpa de una pesadilla, notó que estaba solo, nadie más estaba aguardando para ver a sus familiares. Pasaron los minutos, las horas y seguía solo, ni siquiera los médicos rondaban por los pasillos. Caminó hasta las habitaciones y en la octava se encontraba su hermana, se escuchó un grito: ¡No por favor!… Pateó la puerta y al ingresar, no encontró a nadie… Su hermana y su sobrino habían desaparecido.
Inspeccionó la habitación y se encontraba en perfecto estado… las luces se apagaron y sumergido en la oscuridad escuchó que una mujer lo llamaba: ¡Blopa! el eco resonó en todo el hospital. Se encendieron las luces, volteó… Y su hermana lo apuñala en la garganta… Abrió bien los ojos y se tomó con las dos manos el bisturí ya enterrado en su cuello, se arrodilló lentamente y con la visión borrosa veía a su sobrino en manos de un monstruo indescriptible, su hermana caminaba en reversa hacia ellos. Sus ojos se oscurecieron completamente, sus ropas manchadas de sangre y su rostro completamente rojo. Observó a su hermano arrodillado en el suelo, luchando por sobrevivir. Vociferó… No deberías haber venido.

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