Augurios
«Me gusta cuando callas por que estás como ausente, y me oyes desde lejos y mi voz no te toca.» Pablo Neruda.
Quizá sólo me estaba negando yo mismo la felicidad.
Es decir, aquel hechizo, aquel demonio etéreo.
Ese que añeja el tiempo, ese que conmueve corazones.
Ese deseo inaudito de embriagarse en un perfume celestial.
Aquel demonio imperfecto, aquellos rosales marchitos.
Ese hechizo que encadena a cualquiera
Ese embrujo que me golpeó considerablemente.
Apareciste de la nada,
quizá como mariposa recién salida de su cuna de cristal.
Portabas unos ojos color romance.
Poseías un carácter dulce, como venido de las flores.
Y tu piel, muñequita de porcelana.
Tu voz hacía coro con las aves de cristal.
Y cuando callabas, te buscaba con la mirada florida.
Quizá entonces me di cuenta que había caído en un capricho más.
Y ahora, heme aquí…
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