Hoy salí camino hacia mi trabajo, vivo en la ciudad de México desde hace casi 2 meses, salí de mi casa con suficiente tiempo para llegar a las oficinas, por lo que iba caminando despacio, a paso lento, permitiéndome tomar unos segundos para ir admirando lo que me encontraba a mi paso < cabe aclarar que la zona en la que trabajo, las calles son muy bonitas, con muchas flores, pastos bien recortados & arbustos de lindas formas >…. Toda la gente a mi alrededor, como de costumbre, iban caminando a paso acelerado…& bueno, que puedo decir de mi… a los pocos minutos yo, sin darme cuenta comencé a ir al ritmo de ellos, preocupándome por las mismas cosas < Ser la primera en pasar en el cruce, abalanzarme hacia la calle cuando quedaban apenas 5 segundos para que el semáforo peatonal marcara rojo, bajarme de la acera para librar los montones de gente, aunque eso significara por unos segundos ir en la calle & correr el peligro de que un carro no me viera >.
Al llegar a mi trabajo, cansada del ritmo con el que venía caminando, puse mi huella en el reloj checador &… oh, sorpresa! Aún faltaban 15 minutos para mi hora de entrada, tenía aun 15 minutos para haber llegado a mi trabajo.
15 minutos en los que pude haber disfrutado del trayecto & haber llegado a mi trabajo puntual & tranquila… Cuantas cosas me perdí de ver en esos 15 minutos de mi vida & en lugar de eso venía ya con el mismo humor de aquellos que traían prisa porque se les hacía tarde.
Entré a mi oficina, me senté & me puse a pensar… Cuantas veces nos sucede así en la vida, llevábamos un ritmo, un buen ritmo, nuestro ritmo… Vamos caminando a paso lento, disfrutando de cada uno de los días, viviendo a nuestra manera, creyendo en nuestros sueños & disfrutando del simple placer de soñar & de repente todas esas cosas que comienzan a pasar a nuestro alrededor hacen que eso cambie, < problemas, personas, situaciones, etc. > & empezamos a actuar como todas esas cosas, perdemos el gusto por disfrutar el camino preocupándonos muchas veces por los problemas de otros, tomándolos como nuestros & viviendo a su manera.
Quizá suene a cliché, pero la vida es corta, hoy yo tengo 22 años… Pero el tiempo pasa volando & pienso que, si Dios me permite vivir 60 o 70, no voy a estar preocupada por las cosas que ahora creo que son problemas. Una vez leí un poema de Jorge Luis Borges que se llama Instantes… Que habla de lo que una persona haría “si pudiera volver a vivir” … & hoy me he propuesto vivir de una manera en la que el día de mañana no tenga que pensar en las cosas que me gustaría haber hecho si pudiera volver a vivir… Porque es cierto que el poema es muy bello, pero es cierto también que, para esto de vivir, no hay segundas oportunidad, vivir es ahora o nunca…
Vii.
Abril 2016.
OPINIONES Y COMENTARIOS