El sol estaba fuerte, y castigaba, ya era de verano. llevaba el tacho con agua para darle a los animales era solo otro día mas en mi vida, esa misma tarde me graduaría de la secundaria. pues no quería ir a pesar de siempre haber sido un alumno ejemplar nunca le di importancia al estudio, mi madre contenta y mi padre orgulloso me correteaban para que dejara un rato el trabajo de campo y me fuera a preparar para el evento de colación que tendría mas al rato.
llegada la tarde cuando el sol comenzaba a perdonar ya con una camisa blanca que mi madre estuvo guardando todo el día para mi y esos zapatos negros y brillosos que me había dado mi padre y que resaltaban en mi pago, ya estaba listo para recibir ese diploma, mis padres, lloraban de orgullo pues era el único de la familia en haberse graduado fue después de ese evento cuando mi tata se me acerco y me dijo, -juan, te vas pa la ciudad.
mi tata hombre de pocas palabras, honesto paisano, gaucho de mate y guiso inventado, había estado ahorrando cada centavo para mandarme a la universidad el quería que siguiese estudiando. yo no sabia nada hasta ese momento. como siempre obedecí callao la boca, junte mis pocos trapos, mi guitarra y con el poco pero muy valioso dinero que me había dado mi tata me marche para la ciudad, antes de irme mi padre me dijo,- hijo, que el mundo no te cambie, vos cambia al mundo.
escalón por escalón mientras bajaba del transporte mis sentidos experimentaban sensaciones nunca antes vividas, a mis oídos llegaban ruidos de incontables autos, voces de personas, todo el mundo caminando sin ver a quien llevaban por delante fue ahí cuando entendí lo que mi padre me dijo antes de encarar a la ciudad.
cuando llegue lo primero que hice fue inscribirme en la facultad de agronomía y luego buscar donde quedarme, una cama y un techo siempre fueron suficiente para mi, aunque no encontré nada. Esa noche la pase en la calle y conocí aun mas del mundo, a punta de un arma fui asaltado y se llevaron el poco dinero que tenia, no sentí ira, si no miedo y pena por mi y los que me robaron.
A gracia de dios pude conseguir un trabajo como ayudante de cocina para poder mantenerme mientras cursaba mis estudios. En el trabajo conocí a quien me brindo su hogar hasta que pudiera conseguir alojamiento, Pablo, quien se convertiría en mi mejor amigo.
Mi vida era cursar por las mañanas, trabajar por las tardes y estudiar en cada momento libre que tenia, y como para no perder la costumbre a veces en la facultad hacia un poco de música con mi guitarra si es que las responsabilidades me lo permitían. Fue allí en la ciudad universitaria cuando a una muchacha de largo y castaño cabello le robaron su mochila, fue en horario de almuerzo cuando la vi ahí sentada sola me le acerque y le ofrecí mis últimos pesos para que comprase su almuerzo. me miro con esos ojos negros y piel blanca, su ceño fruncido y me dijo -No necesito tu limosna, tímido y sumiso me aleje pues no era mi intención ofenderle. y así comenzaron a transcurrir mis primeros meses en en la ciudad.
Una noche mientras lavaba platos en el restaurante donde trabajaba, me llama el jefe y con tono de enojado me pregunta por pablo a lo que le respondí que se encontraba enfermo por eso no pudo concurrir al trabajo. Entonces esa noche fui mesero digamos que fue un asenso temporal, me toco atender la mesa cuatro en la que habia una familia elegante, de buen porte, en la que resaltaba la hija, piel blanca pelo castaño y largo… así es la muchacha de la mochila.
me acerque a tomar el pedido de la familia pues no creí que ella me fuera a reconocer habían pasado dos meses y siempre me caracterice por pasar desapercibido ante el mundo, note que se me quedaban mirando mucho, a veces de reojo, los tomaba a sus padres mirándome fijamente, me puse nervioso y por dentro mio pensaba. -¿Se habrá acordado de mi?, -¿Les habrá contado?. Me veía desempleado y otra ves sin los pocos ingresos que obtenía trabajando allí.
la jornada transcurrió con total normalidad pese a sus miradas, comentarios y susurro, una vez que abandonaron el lugar procedí a levantar la mesa, se habían olvidado dinero, -era una cantidad absurda, pensé dentro mio, a lo que decidí avisarle al patrón. le comente que la hija asistía a mi universidad por lo cual insistió en que si en el transcurso de la semana no venían a buscar el dinero se los devolviese el personalmente.
pasaron unos días y nadie regresaba a reclamar el dinero, hasta que pude encontrar a la muchacha, no fue en la universidad si no que la vi de compras mientras yo caminaba hacia el trabajo, la reconocí de espaldas por su cabello que me había dejado impactado cuando la vi por primera vez, era una tienda de la alta sociedad entonces la espere afuera, no quería adentrarme con mis prendas de lavaplatos, una vez que salio me le acerque educadamente, me presente como el mesero del restaurante le explique la situación y le ofrecí devolverle el dinero. Ella me respondió -Esa es tu propina, quede congelado, no me salían palabras, y quede mirándola fijamente, le dije que era mucho mas dinero de lo que había costado la cena y nuevamente le ofrecí el dinero agradeciendo la bondad de su familia, se dio media vuelta siguió caminando.
Iba a cursar y a trabajar con la ilusión de encontrarme con su blanco rostro y su largo cabello castaño, pasaron meses y no la volví a ver, ni a ella ni a su familia pero seguía en mi mente y la esperanza de volver a verla, terminado el año aprobando todos mis exámenes decidí volver a mis pagos a visitar a mi familia y de paso ayudar a mi tata con el trabajo del campo.
una tarde salimos a buscar unas cabras que no regresaban al corral luego de la pastura y le comente lo que había sucedido con esa muchacha de la cual no sabia ni su nombre y como siempre con sequía de palabras me dijo -Hijo, a veces los caminos se cruzan, unos terminan en otros, y otros nacen en unos. entendí que nuestros caminos se habían separado para siempre y con tristeza asimile que tal vez nunca la volvería a ver.
Pasadas las fiestas regrese a la ciudad para trabajar y juntar dinero para seguir estudiando, de paso visitar a la familia de pablo que siempre tan bien me recibían, mi amigo me comento que estaban buscando en una finca a solo diez minutos de la ciudad un peón, la paga era mejor que la del bar donde aveces podía sacar un poco mas gracias a las propinas cuando hacia de mesero.
llegado el lunes a primera hora me baje del colectivo en la tranquera de la finca, un lugar que poseía un verde impresionante, una fresca brisa atemperada por sus incontables arboledas, tire de la campana por una hora y nadie respondía, ya resignado pegue la vuelta y comencé a caminar a ver si pasaba el colectivo de vuelta. luego de un rato vi a un paisano que se le había desprendido el remolque con los caballos, y de comedido como siempre me arrime a darle una mano, luego de un rato de arduo trabajo pudimos poner la situación bajo control, me ofreció un poco de agua fresca y me pregunto que me llevaba por esos lados. -Vine a buscar trabajo, respondí. o casualidades de la vida el era el encargado de la finca que había ido a visitar, me ofreció el puesto a prueba por unos meses con la opción de quedar efectivo, también me daban disponibilidad horaria para poder estudiar y asistir a cursar.
pasaron semanas y veía al patrón pasar en su pick-up con vidrios negros y siempre se frenaba a vigilarme que hiciera bien mi trabajo o al menos eso creía ya que nunca bajaba las ventanillas.
Una tarde mientras arriaba unas vacas que se habían escapado, vi a un caballo ensillado que corría solo, eso significaba que se había escapado y su jinete lo andaba buscando, entonces lo agarre de la rienda y salí a buscar a su propietario, luego de andar por media hora, a orillas del arroyo vi un sombrero, sobre un bulto, por su silueta era una mujer, de cabello largo y castaño, si, era ella. se dio la vuelta y se quedo mirándome fijamente, atónita, le pregunte si sabia de quien era el caballo a lo que me respondió que era suyo, la ayude a montarlo y me ofrecí a acompañarla de regreso.
-Mi nombre es Juan, un gusto.
ella no dijo palabra alguna y así emprendimos el camino de regreso, para mi sorpresa era la hija del patrón. a la mañana siguiente todos los trabajadores hablaban de que había regresado camila del exterior y ya se encontraba bien, sacando de mi boca la duda que me carcomía pregunte que le había sucedido, resulto ser que su hermano mayor tuvo un accidente automovilístico en el cual había perdido la vida, estaba cursando el ultimo año en la universidad y era quien iba a suceder el negocio de la familia.
ya pasado el tiempo todo marchaba bastante bien en la finca, mis compañeros comenzaban a aceptarme como uno de ellos, siempre me hacían una que otra broma o burla porque era el mas nuevo pero no pasaba de eso. ademas de hacer mis obligaciones en la finca siempre lavaba los autos del patrón y arreglaba una que otra cosa que veía rota cuando me sobraba tiempo.
un día el patrón me vio lavando su auto y me pregunto por que hacia ese tipo de cosas le respondí que era mi trabajo a lo que el refuto que mi trabajo estaba alla con los animales pero le agradaba mi actitud, me invito a cenar con su familia esa misma noche y obviamente rechace la invitación excusándome que debía estudiar, obviamente no me sentía a la altura.
siempre veía a camila que se llevaba muy bien con todos los empleados y era muy amable, pero cuando yo estaba cerca cambiaba su rostro, su mirada, me pregunte – ¿tanto odio me puede tener? entonces un día decidí acercarme y ofrecerle mis disculpas por el altercado de ese día, que no había sido mi intención ofenderla. otra vez dio media vuelta me ignoro completamente y se marcho, luego de esto decidí renunciar, no tenia intenciones de molestar a nadie.
regrese a trabajar en el restaurante donde comencé, sin dejar de lado mis estudios, esta vez como mesero, todo marchaba bien, ya iba por terminar el segundo año de mi carrera y aun seguía manteniendo contacto con mis ex compañeros de la finca, y ya tenia amigos en la universidad, los que siempre me invitaban a fiestas que no podía ir por estar colapsado de trabajos y tareas.
comenzando el tercer año con los ahorros del verano pude comprar un viejo automóvil, con el cual podía trasladarme, cuando mi jefe se entero se puso tan contento que me dio el dia libre con paga incluida, -Juan hoy salís a festejar. me dijo. pensé dentro mio que seria una buena oportunidad para adelantar proyectos de la universidad.
esa misma noche llegaron amigos a mi humilde departamento a buscarme, me habían ido a buscar al restaurante y mi jefe les dijo que me había dado el día libre, después de tanta insistencia acepte salir a festejar con ellos, fuimos a una elegante casa uno de los compañeros mas populares había organizado una fiesta para todos.
allí estaba camila tan radiante como siempre solo que algo andaba mal, se había pasado un poco de copas, la vigilaba de lejos cuidando de que nada le sucediera pero a su vez cauteloso de que no me viera y se molestara como lo hacia siempre con mi presencia. pasadas las tres de la madrugada un pesado se quiso sobrepasar con ella y aprovecharse de su situación. Enfurecido reaccione la tome de la mano y la saque de la fiesta sin decir palabra la lleve hasta la finca, donde la deje. se bajo de mi vieja chatarra con un agradecimiento al cual no respondí.
Empezada la semana próxima mientras almorzaba, camila se me acerco y me pregunto entre lagrimas: -¿por que haces todas esas cosas?¿por que si te trato mal, vos me seguís tratando bien?¿por que me cuidas? yo no te pedí que hicieras eso. triste y enfurecido saque coraje y le respondí: -vos no me pediste nada, pero alguien una ves me pidió que el mundo no me cambiara, soy así te guste o no.
Sus lagrimas sesaron pero su rostro se entristeció, mientras las hojas caían silenciosamente impulsadas por un frió viento ensordecedor. que tristeza habrá tenido su corazón para actuar de esa forma me pregunte.
A medida que seguía pasando el tiempo la vida nos seguía cruzando pero ambos nos ignorábamos completamente, ella en sus cosas y yo en las mías, no había razón ni motivo para que dos desconocidos como nosotros se debieran explicaciones pero dentro mio lo sabia y ella también, había algo que ella debía decirme, algo tan importante que hiciera que estuviera tan distante y al mismo tiempo tan cerca de mi y yo de ella, porque el destino nos acercaba de esa forma.
Paso el tiempo, me recibí y nunca mas volví a saber de ella, me dedique de lleno a la agronomia también incursione en la ganadería, al cabo de diez años y con arduo trabajo comencé a expandir mi negocio que fructuaba gracias a dios. un dia, en medio de tal expansión mi agente de bienes raíces llego con la noticia de una finca en venta cerca de la ciudad, resulto ser aquella donde había trabajado cuando joven, sus dueños se estaban mudando al exterior. decidimos ir a ver el estado en el que se encontraba, era tal y como la recordaba, ese día entre por primera vez a la residencia aun quedaban pertenencias que la familia no había buscado,mientras miraba unos viejos libros de agronomia que habia encontrado siento que abren la puerta y una señora mayor de unos 65 años me ve de espaldas y me grita -Joaquin!!!,me doy vuelta y la reconozco de inmediato, era la madre de camila, la corrijo y le respondo:-disculpe señora soy Juan. de su mano cae el retrato de un joven con un extremo parecido al mio, entre lagrimas me abraza y me pide que no la vuelva a dejar.
A VECES LAS PERSONAS PODEMOS SIGNIFICAR UN REGALO, UNA ILUSIÓN O UN PESADILLA EN LA VIDA DE LAS DEMÁS SIN SI QUIERA DARNOS CUENTA.
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