Logra ver su reflejo
entre las pequeñas olas del río.
Su imagen se ve distorsionada,
ese silencio agobiador
que hace maldecir
hasta el más buen fantasma del bosque.
Se despierta cuando cae el sol,
en el terror nocturno la pueden ver,
sedienta de locura.
Su belleza se encuentra oculta
bajo el manto de la luna.
Nunca volvió a ser la misma.
Ya nadie quería ver su rostro,
Deseaban no saber su nombre.
Pues… traía maldad en su interior.
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