Justicia, de profesión prostituta

Nosotros, humanitos, herederos de miles de millones de personas que, tras su paso por este mundo, han plantado múltiples semillas para que la vida en este planeta sea lo más justa posible, hemos hecho – o permitido que se haga – de la palabra «justicia» una prostituta al servicio del poder económico y de los países que juegan en primera división.

En Papúa Nueva Guinea, los papúas kapauku llaman a la justicia «uta-uta», que significa «medio-medio», para hacer referencia al equilibrio. Los lozis de Zambia llaman a la justicia «tukelo» que significa «igualdad», al igual que la palabra griega «diké».

Los antiguos romanos representaban a la justicia a través de una hermosa mujer con los ojos vendados, que sostenía en una mano una balanza y en la otra una espada. Le vendaron los ojos por una sencilla razón: «la justicia es ciega», decían; debe existir sin mirar a quien se le concede.

Hoy en día, y desde hace mucho tiempo ya, los países «desarrollados» se aprovecharon de la incapacidad de la justicia para ver, y la siguen representando así, con los ojos bien tapaditos, porque saben que si le quitaran el vendaje, le cortaría la cabeza a más de muchos.