En noches estrelladas como esta… Se cuenta una leyenda; en las calles de a ciudad, desde temprano se empieza a escuchar, que debajo de a tierra existe un ser que todo lo pude ver, este se encarga de a los arboles sostener y guiar, para así oxigeno podernos brindar.
Su aspecto es un misterio, pues cambiaba con cada movimiento. Pocas noches sale a meditar y a las estrellas se pone a observar.
Los arboles se dedican a cuidar, su curiosa identidad. Tan veloz como una liebre de montaña, a este personaje nadie le alcanzaba. Podía aguantar la respiración por casi medio día, y eso que solo en sus malos días.
En una fría noche salpicada de pecas amarillas, un llanto a lo lejos se oía… Era un llanto de tristeza y dolor, de alguien con buen corazón.
Nuestro amigo escurridizo siente curiosidad y se marcha a investigar… Por fin logra identificar al ser que se dedicaba a llorar. Era un niño del pueblo, se desahogaba en el momento.
El niño muy triste se sentía, pues había tenido un mal día. Tras una fuerte discusión este pobre exploto, sus padres le trataron mal, por intentar ayudar a un animal; nuestro amigo lo quería adoptar y su madre no le dio oportunidad.
El niño se llamaba Lombardo y lloraba al lado del perro rechazado. El animal de cuatro patas se dedicaba a consolar a Lombardo y nunca se movió de su lado.
Mientras tanto el curioso y extraño ser; se convence en aparecer….
De un árbol una puerta aparece y sale nuestro amigo sonriente.
De tierra era su cuerpo y de paja tenia el pelo, sus dientes eran pequeños diamantes, lo mas de elegantes.
El perro comienza a ladrar y nuestro amigo lo logra controlar. Lombardo aterrado se iba a desmayar y el terrón se adelanta a hablar: No tienes porque temer, soy algo extraño ya lo sé, ¡pero nada malo voy a hacer! ¡Yo me dedico a cuidar los árboles y la energía regular, para que así todos vivamos en paz!
Lombardo finalmente deja de llorar y este se anima a preguntar.
¡Yo algo no logro comprender, eres distinto a todo lo que he visto, pues eres de tierra nuevo amigo, de una puerta en un árbol acabas de salir!
Es tu casa lo que hay ahí>
¿Siento gran respeto hacia ti, como me puedo dirigir, tienes algún nombre que te pueda decir?
Nuestro curioso amigo sonríe sin parar y pronto empieza a bailar, de un aplauso se logra escuchar una música especial, las ardillas comenzaron a tocar, las ramas de los arboles hacían sonar, los pájaros con sus voces adornaron y la fiesta se iba armando, los venados con sus cuernos chocando entre sí, recordaban que la energía estaba ahí.
Sin más preámbulos el ser de tierra se anima a cantar y esto es lo que se empieza a escuchar: Siento tu curiosidad, por eso yo me voy a presentar, me llaman Alegron, el terrón del amor, aquel que cura el dolor y protege a los bosques del dolor, ningún humano me ha escuchado hablar. Pero tu llanto me puso a pensar, yo a ti te voy a ayudar y a mi casa te voy a invitar. Lo único que debes de hacer, es no dejar de mover los pies.
Lombardo entusiasmado miro a su amigo el perro, el cual gozaba del momento…No dejo de mover el esqueleto… Bailando aceptaron la invitación y una puerta en un árbol se abrió. Tras cruzar la puerta lograron sentir, que todo distinto era allí. Se sentía buena vibra y también mucha alegría.
Lo que parecía un árbol era un lugar mágico, lagos de peces de colores y un aire que olía a flores.
Alegron les presenta su hogar, les dice que es un lugar especial, donde no reina el mal, se respira tranquilidad y todos conviven en hermandad; Coman de estos frutos por favor, los he sembrado yo.
Lombardo y el perro se apresuran a comer, estos comían con mucho gusto, decían que de eso no había en su mundo. Algo tan delicioso jamás habían probado y risas se iban escuchando. risas tras risas Lombardo recordaba que la alegría si existía, que todo podía mejorar si la vida empiezas a gozar, no hay tristeza que dure por siempre y menos si no es de vida o muerte.
Alegron los abraza y les recuerda; amigos míos: Respiren siempre con humildad y nunca miren atrás, un paso adelante debe de estar para todo poder superar. De un chasquido todo vuelve a la normalidad, Lombardo y el perro se miran entre sí, preguntándose lo que acaban de vivir.
Ambos con una sonrisa se paran del bosque, se abrazan entre si..La tristeza se había ido de allí.
Lombardo con lágrimas de alegría se despide de los arboles y montañas; agradeció a su amigo Alegron y a su casa pronto partió.
Tras llegar a su hogar, su madre no parada de llorar, esta pobre estaba por enloquecer pues a su hijo no había podido ver. Lombardo a su madre abrazo y este le pidió perdón, su madre lo beso, le dijo que era el mejor, que la perdonara por favor.La puerta de la casa se vuelve a abrir, el perro siente un llamado desde el interior y entra con furor. L madre y Lombardo le sonrieron y comida le sirvieron.
¡Todo puede mejorar y cambiar, si con la sonrisa tu decides actuar!
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