Al final los que se colocan en un pedestal, colocan indirectamente al resto en dicho pedestal.
Desde nuestra infancia hemos seguido a los considerados los mejores del grupo y queríamos ser como ellos, lo que en esa época equivale a los más chulos de la clase, del curso o del lugar donde se reside. Utilizan la burla como método de superioridad y los sufridores de esos ataques lo único que son capaces de hacer es responder a las exigencias de aquellos supuestamente superiores: sentirse inferiores. Esto es de lo más común a lo largo de la vida escolar, por lo que hay que enseñar a estos niños que no es él el que está por debajo, sino sus compañeros los cuales se mofan de él, así que la única opción que tiene el niño es ignorar a sus colegas realmente inferiores y aprender a que no tiene que afectarle la opinión de personas las cuales realizan ese tipo de actos infames con tal de pasar el rato y echarse unas risas, ellos simplemente están cometiendo un error pero no son conscientes de ello, solo el tiempo y la madurez provocará ese descubrimiento del gazapo cometido y solo entonces, acudirán a disculparse, no solo siempre, claro, depende de cada persona. Tu felicidad no va a ser mermada por un par de chavales que se creen los reyes del instituto, eres más fuerte que eso, puedes soportar mucho más, además que se tienen muchas otras cosas buenas en el día a día: buenos amigos, profesores, padres, hermanos, actividades extraescolares como el deporte, la música, los videojuegos, el ordenador, las cuales permiten esa sensación de alegría que nos faltó en ciertos momentos del día.
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