Intermitencia

Intermitencia

Jacob

03/09/2019

Muchas veces vivimos en la intermitencia de creer o no si las señales que nos da la vida son verídicas o de lo contrario son simples casualidades; la cuestión está en aceptarlas o descartarlas sin premeditación… Recuerdo dos historias de esas que parecen sueños de tan poco que asimilas en la realidad, volvía con un grupo de amigos de algún paseo cuando de repente el ambiente empezó a tornarse un poco pesado, anochecía rápidamente y nosotros sin la preparación necesaria para afrontarla, cabe destacar que estábamos por una rara razón en la mitad de una zona selvática en alguna sabana; tal como en una película un gran bombardeo invadió donde estábamos y nos obligó a movernos de ahí, separándonos en pequeños grupos, aislándome con una bella mujer del resto de compañeros, todo era muy raro y angustiante porque nadie daba señal de vida alguna y la noche era bastante engañosa; mi único consuelo era aquella mujer que no se separaba de mí, como protegiéndome mientras buscaba que no la deje sola y fue después en un momento exacto cuando todo lo que parecía coherente perdía sentido al divisar que al llegar al río, con obvias razones después de caminar tanto, aquella mujer me pidió descansar, me dijo que tenía mucho sueño y cual guardaespaldas le cedí mi abrigo y vigilé sus sueños para que pudiera descansar un poco, un rato después vi como el cielo se empezaba a aclarar, y no era el amanecer! Era un destello sectorial justo arriba de nosotros, tal como si estuviéramos en frente de una gran explosión espacial, y corrí a despertar a aquella chica, pero vaya sorpresa me llevé cuando al acercarme me di cuenta de que ya no estaba, o si estaba… pero no como yo quisiera, en otras palabras se estaba desvaneciendo como cuando se van a su hogar los fantasmas de las películas de los 90’s… seguía dormida mientras aquella gran luz en el cielo la absorbía por completo; después de segundos de la gran divagación mental en la que me encontraba, me percaté que la oscuridad me inundaba de nuevo y ya estaba sólo otra vez, quizás eso significa la vida para mí, estás en un constante ciclo interminable de oscuridad donde la ausencia de personas que irradian luz te hacen descubrir que siempre estás sólo y también de que estás hecho para afrontarlo… La otra historia es algo menos surrealista y me ubica en una locación cercana, parecía un teatro de algún instituto, allí me senté en la última fila del mismo, procediendo a hablar con una dama ahí presente, la charla fue en realidad muy breve, algo no me cuadraba del todo pero yo seguía, luego baje unos 5 puestos y me topé con otra señorita la cual me dijo varias cosas, las cuales no recuerdo… aun así sabía que algo no estaba bien, fue cuando por fin encontré sentido a todo lo que estaba pasando cuando al sentarme en uno de los asientos del centro del lugar empecé a dialogar con una muchacha y esta parecía actuar sospechosamente para ser un instituto normal, ella estaba ahí para vigilarme de cerca, no sé con qué fin pero lo hacía, ¿Y cómo lo sabía? Sencillo, ya todo esto lo había vivido! Tal como si estuviera reviviendo un gran deja vú; lo descubrí cuando en mi mente recordé las conversaciones con estas 3 chicas y me di cuenta que me sabía perfectamente el monólogo de cada una; lo que no era agradable fue la parte que seguía… si mi instinto no mentía, era la muerte la siguiente chica con la que me toparía; si, en todos mis recuerdos de esa escena, un asesinato se desataba en mi contra, algo sádico para mí el tener que verlo en 3D pero en fin; el punto de ese ciclo es que al morir, revivía en el pasado para vivir de nuevo aquel momento y encontrar a mi asesino o evitarlo (yo que sé), porque según recuerdo era la quinta vez que presenciaba aquella situación; Pero tal vez cometí un error, quise interrumpir mi destino y antes de ser asesinado en la última instancia le conté todo a una de esas chicas y una de sus frases cambió, se alteró el recuerdo y automáticamente me encontraba en una gran habitación con ambiente hostil, frío, abandonado y totalmente cerrado, no había nada más que camillas con sábanas blancas, no podía gritar ni correr, simplemente quede atrapado en mi decisión, tal vez desperdicié las oportunidades que alguna inexplicable magia me daba para confirmar que siempre había estado muerto y lo que conocía por vida era una simple ilusión…

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