Un día comienza tal vez más tarde o más temprano. La televisión junto con el periódico, muestra noticias que seguramente plantearan un cambio en el mundo; que gran ironía. Entre su dorada democracia viciada, por corruptos en algunos casos; pero sobre todo por hipócritas e incompetentes. Y qué decir del resto de noticias que terminan siendo solo prensa rosa.
Y estas, creyendo con una sonrisa boba que el día podría ser bueno. Enciendes la tv, te das cuenta que lo que dan no lleva a nada, solo te dicen que es lo que hay que pensar. Bebes café con leche para estar más alerta, pero a la defensiva, así sales o abres la ventana prendes un cigarrillo y ves que el cielo presagia un auténtico debacle. En la calle tal vez solo te sonreirán; aquel vecino ya anciano que sabes que te conoce hace ya tantos años, y tal vez uno que otro perro callejero que te mira al pasar por fuera del portal. Apagas el cigarrillo, te quedo el sabor en la boca y comienzas con la misma rutina de todos los días; quizás cuando viajas en el subterráneo logras ver tu reflejo en las puertas de este, pero te pierdes contemplando las luces del túnel. En ese momento reflexionas al punto en que podrías resolver el misterio de la Santísima trinidad, pero al rato lo olvidas. Pero el olvido, que gran defecto que premiamos por nuestra condición humana. Pero como logramos aprender si olvidamos, cada error que cometemos; la condena a este existe, pero solo la nombramos como culpa y la condena solo es la sensación que queda en el pecho y lo que nos dará vuelta por la cabeza. ¿Hacemos algo para remediar nuestros errores y no olvidarlos?
Solo nos queda caer y rodar, nos cuesta mucho hacer lo que dice y enseña Cortázar en su texto “Me caigo y me levanto”. Me aterro de pensar que queda para la humanidad, estamos en una perpetua todos contra todos, admito decir que encuentro más tranquilidad en una caja de fármacos que en una calle que por desolada que parezca sabes que alguien te podría agredir solo porque tal vez en televisión dijeron que tenía que hacerlo. He escuchado por ahí que “nos quieren en soledad, nos tendrán en común”, así creemos que estamos, pero al final siempre estamos como nacemos,desnudos, solos y mojados.
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