Un deseo durante la noche

En el frio de la noche mi mente hace agua de los recuerdos de aquellos días, esos días de los que la felicidad es una realidad momentánea pero perdurable en su instante.

Casi recuerdo como el calor expresivo de las manos que sujetaron las mías, ese calor acaparando mi mente y calentando mi alma. Podría pasar la siguiente eternidad recitando los poemas en lenguas muertas, anhelando las veces en los que el sol iluminaba tus ojos y ni así podría mostrarte que tan agradecido estoy de ti.

Durante esa fría noche, siendo esta la que me consuela, puedo entender que los sueños mas radicales solamente asimila una razón comparable con lo que es el amor.

El cielo estrellado acapara por un segundo mi atención, sacándome de aquel trance dándome un cuota de realidad, ese soy yo. Sentado, sin compañía, en el campo mas austero que podría imaginar y solo recitando mis pensamientos de lamento mientras pronuncio tu nombre.

Me levanto con la misma duda de ayer, el saber que estas lejos de mi y no poder acercarme, el saber que mi dolor y pésame será solo una queja de un moribundo hombre y el saber que si el destino tiene cierto rencor con el reclamo del hombre ya a saldo su dolor en mi. Pero aun así solo me queda encontrar una mentira lo suficiente grande como para dar paso hasta al mañana y así repetir la búsqueda de otra mentira, así mantengo la única verdad que poseo y que quiero, el saber que solo te amo de la forma mas simple que se puede tener del concepto y solo puedo brindar por aquella sonrisa, que me a marcado tanto tiempo, se mantenga durante tu vida.

Finalmente te lo repito, simplemente te amo.