No sé, me siento vacía. Será porque estoy aquí, frente a hoja y papel, cortinas corridas, puerta cerrada, luz apagada, solo la luz de la calma me ilumina. Pensamientos vacíos me llegan, pero no me llenan, solo rebozan un vaso vacío. Luego todo comienza, bailo con sueños y tropiezo con la realidad. Estoy cansada del principio, por qué no simplemente hay un final, un final sin un principio, que conmemore y solo sea un recuerdo bajo mi pecho, guardado entre mis ángeles y demonios.
Todo lo que tomo se destruye y todo lo que deseo es una pesadilla. No sé cuándo la vida se volvió un huracán, quizá cuando deje de existir.
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