Calaveritas de azucar

¿Nos vamos a ver hoy? , ¿A dónde me vas a llevar? , ¿Me vas a comprar un elote preparado con todo?, ¿con todo? Si, con todo, así como todo este pinche amor que te tengo. ¿Nos vamos a sentar en una banca frente a la Catedral? ¿Me vas a dar un beso? ¿Me vas a tomar de la mano?

Mejor invítame una cervecita, una, o cinco. Píchame una ida a tu casa, para no ver una película, para que apagues las luces y le digas al gato que cierre los ojos. ¿Sabías que existe una creencia, que dice que los gatos pueden ver cosas que no están en este plano? A lo mejor si lo habías escuchado, o lo habías comprobado, siempre me da miedo mirarle a los ojos al gato, creo que sabe algo que yo no…. Ahora que me acuerdo, hablando de cosas de otro plano: volví a soñar contigo, felicito a mi subconsciente por aventarse la escenita de anoche, mira que lucíamos muy bien; no te contaré más, todos sabemos que pasaba. Lo hacíamos esperando el fin del mundo.

¿Qué si quiero que se acabe el mundo? Si, la verdad me gustaría, pero me gustaría que estuvieras ahí, al menos para ver algo real antes de irme… ¡Anda! el jueves pasé por el mercado, y he conseguido ya dos calaveritas, esos craniesitos que venden, de los que están hechos de azúcar, uno lleva tu nombre, por consecuencia el otro está bautizado con el mismo nombre que llevo yo.

Ya se acerca día de muertos, sabes que esta fecha es de mis favoritas del año, no es porque mi cumpleaños esté cerca, simplemente no le temo a la muerte, tal vez porque sigo viva, o quizá porque he muerto más de una vez; que ya me he acostumbrado al borlote, la pura fiesta, la comida y el festejo; que ya me he acostumbrado a revivir de vez en cuando.

¿Las calaveritas? ¡Ay! Están rebonitas, caben exactamente en las palmas de mis manos, quisiera caminar con los brazos extendidos, llegar hasta tu puerta y hacerte una ofrenda, mira que si ya te tengo en un altar. Tienen decoraciones en formas onduladas: verdes, azules, rosas y amarillas, sus ojitos son de lentejuelas doradas, brillan, brillan igual que tu mirada; ojalá que cuando estemos bien muertos, nos veamos igual de bien, igual de apetitosos e igual de juntos. Que nos entierren en la misma caja y al lado de nuestros nombres escriban “aquí siguen descansando”.

¿Recuerdas aquella película extraña que vimos en la cineteca? Mmmmmm ¿cómo se llamaba? Ahhhhh, ¡ah si! ¡Fando y Lis! Donde cantaban una pegajosa canción que decía algo así como: “Que bonito es un entierro, con una flor y un perro” … Que ya cuento los días para el dos de noviembre, falta exactamente un mes. Quiero que vayamos juntos al Panteón de Oriente, no tengo familiares que visitar ahí, pero vayamos a tomar flores de las tumbas; me gusta mucho el olor a cempoal, su color, que lo hace resaltar de entre las pálidas tumbas, los pétalos chiquitos que se desprenden

fácilmente, para que huyan con el viento. Así como yo lo hice contigo hace casi ya noventa días. Con las flores que tomemos del panteón prepararé un ramo que pondré en un florero improvisado, con la cerveza Corona que me tomé el sábado en tu casa; las pondré en tu mesa de noche, para que antes de dormir recuerdes que no estamos exentos a no despertar, ya jamás. Así duerme siempre, sonriendo y agradecido. Que somos tan vulnerables cuando estamos vivos; también pondré un ramo en mi mesa de noche, para recordar que me quiero casar contigo, no hasta que la muerte nos separe, sino, antes que nos separe.

No me mires con extrañez, como si no me conocieras, anda, alégrate. El domingo me iré desde temprano a tu casa para maquillarnos de catrín y catrina, saldremos a espantar niños malcriados que no les hacen caso a sus papás y también a comernos un helado, un helado de frambuesa. ¡Aahhhh! Tengo tantas ganas de un helado de frambuesa, así como tengo tantas ganas de no separarme de ti, mejor dame un beso y quita esa mueca, quiero verte feliz, siempre quiero verte feliz, recuerda el verano que nos reconocimos, nos hablamos como si fuera la primera vez que no poníamos atención.

No, no me estoy volviendo loca, ni estoy augurando la muerte de alguien; ya sé, ya sé que eso me ha pasado tres veces antes, que sonaba el teléfono y sabía que alguien había muerto; pero te juro que ahora no, que lo único que veeeeoooo, eeeeees, es que tú tienes una sonrisa muy estúpida y un bigotillo feo que te hacen lucir tan guapo; ¡ja ja ja¡ ya me voy antes de que me saques a patadas, bien que te gustaría, que solo vengo a perturbar tu paz, pero aun así me quieres, ¿verdad? ¿Y me vas a querer? ¿Me vas a querer siempre? ¿Me vas a querer aunque me vuelva loca de a ratos? ¿Aunque piense que nos queda poca vida y mucho amor? ¿Me vas a buscar en la otra vida? ¿Te vas a enamorar de mí? … ¿Nos vamos a ver?… ¿A dónde me vas a llevar? …

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