Despertar a la mañana y pensar que es de noche, ver como tu día comienza y ver cuando termina. El deseo de bailar, como bailan las ramas de un árbol, con la sintonia del viento, solo dejándose llevar y olvidándose de todo.
Pareciera que su alma y su espíritu ya no están en este lugar, porque no le importa los demás solo le importa dejarse llevar como las olas del mar.
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