Soy un hombre adulto que pasa la barrera de los
cuarenta, soy un alma y espíritu libre, un alma
solitaria, un alma al servicio del prójimo, un jovencito
sin rumbo ni destino, un lama mirando el horizonte,
un alma que sabe que lo que esta bien y esta mal,
aprendo a valorar lo que tengo, aprendo muchas
cosas de la vida.
A mis 42 años, la vida lo veo como un proceso de
aprendizaje, no soy necio, aprendo de mis mayores,
de las personas que mas quiero, de mis amigos de
infancia, de colegio, de la universidad, aprendo que
la vida es maravillosa, un manantial lleno de aguas
cristalinas y transparentes, porque mi vida es eso
claro y transparentes como las aguas que brotan de la
Cordillera de los Andes, de las acequias, de las quebradas.
Vida mía y a Dios todopoderoso agradecerte esta dicha,
porque sin salud la vida no es vida, hasta el momento mi
Señor me proteges y puedo disfrutar la vida responsable.
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