Hoy, inicia mi maldición, aquel conjuro que se hallaba dormido por la divinidad de una mano ha despertado, la gracia que aún guardaba se ha desvanecido, las promesas desaparecieron y mi futuro esta rayado.
Supongo que a fin de cuentas no todo era tan preciado como yo decía y la penumbra al final tocó mi puerta.
Hoy inicia la vanidad, y sólo ruego que esta venda no cubra totalmente mis visiones,solo espero que el miedo de ser como mis antecesores me mantenga despierta y logre como una vez soñé cruzar ese desierto, que los ángeles me eleven hasta el cielo y que en mi corta existencia logré trascender.
– transporte público, enero 2018-
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