Desierto de flores,
Solitario jardín
De pétalos sin aroma
De ramilletes huérfanos
Y capullos sin ojal.
En tu huerto calcáreo
Las melancólicas abejas
Y los sedientos colibríes
Baten inútilmente
Sus adustas alas
Entre las estériles rosas.
Acido nectario
Que incendia las gargantas
Y marchita el deseo loco
De beber tu ambrosia,
Fruto sacramental de aquel árbol
Que el corazón quebranta,
Manzanas mordidas
Por doquier,
Pecado sin besos ni caricias
Lengua bífida
Belladona seductora
Que envenena ilusiones,
Almas de barro y sal
Yunta desangrada en el Jordán,
Árido edén
Volcánica cordillera
La que besa los pies de Adán,
Utopía perdida
En los ojos de Eva,
Idilio entre lava y cenizas
Tierra moribunda
Costilla mustia
Sudor de mi frente.
Metamorfosis celestial
Mariposas desnudas
Hechas polvo y fuego,
Amor terrenal
Fruto prohibido
Paraíso herido al nacer.
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