Te cuelas entre las rendijas de mi alma dejándome rendida y entregada a tu voluntad, a tu deseo.

Recorro irreverente los recodos de tus fantasías, regalándote la alegría de quien descubre la certeza de los supuestos.

La noche me va arropando de silencios en los que el arrullo de tu voz se hace más penetrante, en los que el eco de tu risa me revive y nutre.

Te entrego mis murmullos al oído, contándote de mi dicha y gozo por sentirte.

Lentamente te vas adueñando de mis palabras y mis besos.

Sigilosamente robas mis secretos y desanudas mis dudas convirtiéndome en reina y esclava, al compás de tu respiración agitada y presagiante.

Te recibo despojada de temores o pudores, plena de soles y simientes que entrego a tu cosecha.

Despliego mis alas al compás de tu vuelo acompasado y firme, floreciendo en cada caricia con que riegas mi cuerpo.

Ni aquis ni allas.Ni fueras ni dentros.Ni yo ni vos.

Nosotros, en el exacto momento en que somos uno.

En el mágico instante en el que nos descubrimos en la mirada del otro.

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