Hoy sentí volver a algún momento de mi vida con sólo algunos olores y las sensaciones provocadas por un lugar en el que nunca estuve hasta hoy.

Nuestro lugar de descanso, ubicado en una zona rural a unos cuantos kilómetros de casa, está rodeado de montañas con caminos fáciles de seguir sin perderse. Hoy los recorrimos con la idea de llegara un río que encontramos luego de media hora de caminata.

En un momento dado me adelanté con Luz, nuestra perrita, dejando atrás a los demás. Y justo antes de llegar al río, había un lugar con el que conecté de inmediato. Estaba lleno de árboles cuyas copas se juntaban dando una sensación de seguridad y contención a la vez, y me detuve. Silencio. Sólo se sentía el ruido de la naturaleza: pájaros, viento suave, el río de fondo. Todo tan armónico como en una sinfonía.

Los olores a tierra mojada y plantas dulzonas me transportaron a algún otro lugar y otro momento de mi vida, no sé exactamente a dónde ni a cuándo, pero me fui por un momento.

Me sentí como en casa, en mi hábitat.

Pienso que quizás algún otro lugar en mi infancia me hizo sentir de la misma manera pero no lo recuerdo; tal vez son los vestigios de otra vida que vuelven en forma de déjà vu; pero la hipótesis que más me gusta, y con la que me quedo, es que alguna vez estuve formando parte de esa escenografía, siendo las plantas aromáticas, la tierra mojada, los árboles, sus hojas, el río, la humedad, el viento.

Alguna vez formé parte de ese todo armonioso, alguna vez mi misión fue transportar en el tiempo a otro ser y hoy volví transformada, con otras misiones y otras experiencias al que fue mi hogar.

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