Solía tener una muy buena amiga ,ella era mi confidente mi amiga ,mi guía cada paso que iba A dar en mi vida lo consultaba con ella ya que no contaba con otras persona en la vida , cuando la conocí fue como ese rayito en la oscuridad en que vivía , hablamos todos los días , ella estudiaba en las mañana yo en la tarde , pero nuestras casas se comunicaban por el ante jardín , cada se sentaba respectivamente, por qué solo digo que contaba con ella ,por que mi familia vivía muy lejos , en un pequeño pueblo de pacifico colombiano , en cuanto cumplimos catorce años ella empezó a fumar marihuana, cuando me enteré sentí mucha tristeza y me empeñe en “sacarla de ahí” pensé que era mi responsabilidad cuidarla y guiarla , pues lo logramos , a raíz de eso nos convertimos en mejores amiga , mas unidas, mas juntas , creo que ella se sintió comprometida con migo , me escuchaba con atención , me daba consejos , con los años ella se fue a otro barrio , allí sentí el cambio ya no sería lo mismo , pero seguimos siendo amigas , mas que amigas nos convertimos en hermana, ella seguía ayudándome en todo en cada cosa mínima , yo fui la que nunca cambio , no amplió sus horizontes. Con el pasar del tiempo la amistad seguía muy bien , al menos eso creía yo seguía igual , en su último viaje a EE.UU seguíamos hablando , un día llegó un mensaje en el decía que estaban pasando muchas cosas ,algo no andaba bien le escribí un par de veces llame otro par de veces , y ese fue el detonante ,para entender que nada es eterno que todo tiene un final , algunos caminos debe andarse solo, que la compañía es buena hasta un punto , los excesos y los extremos no son buenos ,hay cargas que son totalmente personales.
Esto me llevó a aprender que:

N° 1. No debo cargar a otros con mis problemas.

Normalmente buscamos a alguien con quien desahogarnos. Es necesario aprender a cuidar nuestras palabras, cuidar con quien hablamos, no todos tenemos capacidad para soltar las cargas. Cuando compartimos nuestro equipaje quedamos un poco más livianos, pero la carga no desaparece del todo por que nosotros no sabemos soltar. Debemos tomarnos un tiempo para meditar buscar soluciones tal vez escribirlo en un papel, antes de compartir nuestro peso con alguien más, alguien quien no sabemos si está capacitado para recibir, recordemos que este otro también tiene su propia carga .

Recuerda cuando le contabas una problema a tu madre su rostro cambiaba al instante , se angustiaba, recuerdas esa expresión y su afán por ayudarte que dejaba de hacer cosas para que estuvieras bien, pues bien esa es la carga que le transmitimos a los demás , esa con la que muchas veces no estamos dispuestos a lidiar, esa que no sabemos sobrellevar por qué en muchas ocasiones no nos tomamos el trabajo de aprender de forma individual. Siempre pensamos que necesitamos un guía, alguien que nos diga que está bien o mal lo que estás pensado o quieres hacer, todo el tiempo estamos buscando una aprobación pero y ¿dónde está nuestro criterio? la responsabilidad espiritual y evolutiva. como seres independientes y con capacidades.

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